Luis XIV


Dr. Fernando A. Herrera M.

La cita fue el 4 de marzo en Palacio Nacional.

El presidente reunió a los 17 mandatarios emanados de las filas de Morena, más a los que están negociados para entregarles el estado en junio 5, día de elección de 6 gobernadores, entre ellos, los dos más comprometidos: Murat, de Oaxaca, y Fayat, de Hidalgo. Tenía algo que pedirles, en persona, directo, sin intermediarios, y fue muy claro y preciso: Cuento con ustedes para la consulta. Al escucharlo, el silencio fue total, enmudecieron ante la orden, una orden del hombre que sabe de campañas, que sabe que debe movilizar a los votantes para “apoyar su movimiento” y llevarlos a las urnas. La instrucción fue para todos, no fue una petición ni una solicitud de voluntad, ni tampoco les preguntó si estaban listos para ayudarle; era una exigencia. Y fue más allá, Adán Augusto su brazo derecho mostró los números de 2018 entidad por entidad. Que nadie se confunda, la orden del presidente es conseguir una cantidad de votos igual o mayor en la consulta para la revocación de mandato. Sorprendidos, callados, asombrados ante la instrucción del presidente.
Alfonso Durazo, de Sonora, dijo: las casillas de votación son un tercio de las de una elección, eso las ubica más distantes para los electores y en estados extensos como el nuestro será más la distancia para acudir a una casilla y, de hacerlo tendremos largas filas y molestia en la gente por la espera y un rechazo ciudadano. Tendremos que llevarlos en camiones y eso tendrá costos adicionales altos. Será difícil.

A ver cómo le hacen, dijo AMLO, pero no habrá dinero para esto; ustedes se las arreglan. Alguien pidió permiso para hablar con los encargados de control presupuestal en su estado para que los dotara de recursos para la encomienda. El Presidente dijo: Yo no me meto en eso, ustedes saben qué hacer. Aquello fue tácita dispensa para echar mano del presupuesto para la consulta, sin temor a las auditorías, como si lo tuvieran. La 4T echa la casa por la ventana, libres los 17 para entrarle con todo. Hasta los del PRI en tiempos anteriores y los del PAN fueron, o trataron de ser discretos para desviar el dinero de todos a operaciones electorales. Autorización lisa y llana como el amparo de días pasados pero ahora para meter mano a placer con tal de ayudar a juntar los votos que quiere el Estado. Como alguna vez dijo Luis XIV: El estado soy yo. Los invitados fueron despedidos del Palacio, al salir se veían preocupados, muy preocupados porque saben que será difícil juntar 30 millones de votos. Llegué a creer que la exigencia sería de un tercio de los votos del 2018. Me equivoqué, los quiere otra vez, sin entender que el recorte presupuestal llevó al INE a instalar sólo un tercio de las casillas.
Recordemos los tiempos más oscuros del PRI y del PAN centralistas y manipuladores y ahora, que son distintos, (Gracias a Dios) el mero mero, él, que es orgullo de sí mismo por su honestidad, pone en sus gobernadores en una operación de estado, con cargo a todos, pero aún equivocado, superarán los que dije yo, pero no llegarán a los votos que pretenden, ni a la mitad.

TERQUEDADES
Luis Diosdado de Borbón, Luis XIV, Gobernó 72 años, y su reinado fue el más duradero en la historia, consiguió crear un régimen absolutista y centralizado, hasta el punto que su reinado es considerado el prototipo de la monarquía absoluta en Europa. A su muerte dijo; me marcho, pero el estado siempre permanecerá. La pregunta es: ¿hacia dónde vamos? Porque es cierto lo que dice el presidente: Cárdenas nacionalizó el petróleo; López Mateas la Electricidad, luego Salinas vendió Telmex, y muchas otras empresas del estado; Zedillo vendió los ferrocarriles, y muchos otros hicieron otras barbaridades. Por eso me pregunto, ¿hacia dónde vamos? Pretendemos volver a tener todo lo que el estado tenía, recobraremos la CFE, los Ferrocarriles, Telmex, etc. ¿Regresaría Gobernación a manejar las elecciones? Volveremos a ser un partido de estado como era el PRI?, ¿Tendremos de nuevo Presidentes todopoderosos a los que nadie podía decir a nada que no? Es neta, ¿Hacia dónde vamos?

Diosdado: Porque sus padres tardaron 20 años en concebir.

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