-Conforman el 87% de los casi 20 mil beneficiarios del Programa Sembrando Vida que hay en la entidad; mujeres, tres de cada 10 beneficiarios
La mayoría de sembradoras y sembradores que integran el programa Sembrando Vida en Chihuahua pertenecen a alguna de las principales etnias Rarámuri, Pimas, Guarijíos y Tepehuanes.
Del padrón de 19 mil 487 sembradores y sembradoras, 66 por ciento son hombres y 34 por ciento mujeres.
De ese universo de personas que reciben un apoyo de 5 mil pesos mensuales para sembrar maíz y frijol en el ciclo primavera-verano, el 87 por ciento pertenecen a las comunidades indígenas Rarámuri; mientras que el 7 por ciento al agrupamiento del pueblo nativo Tepehuán, 3 por ciento a Guarijíos y 3 por ciento al pueblo Pimas, explicó Teresita Ruiz Anchondo, coordinadora territorial de Sembrando Vida en el estado de Chihuahua y Sonora.
El programa Sembrando Vida, proporciona los apoyos del Gobierno de México que son de 5 mil pesos mensuales, un jornal que reciben las personas para trabajar sus parcelas.
Cada uno debe tener la acreditación legal del terreno donde se siembran las plantas de acuerdo al clima de cada región.
Este programa que opera bajo la directriz de Bienestar, busca, que no solo se produzcan granos básicos, sino que, además, sean árboles frutales, porque el programa incluye la siembra de granos que les darán de comer a los sembradores y sembradores, unos que les van a dar de vivir como son las frutas y otras plantas que ayudarán a reforestar.
En 19 municipios se siembran maíz, frijol, chicharos, habas, calabaza, que es de auto consumo, pero además se siembran árboles frutales como manzanas, peras, chabacanos, higos, duraznos, uvas, y plantas agroindustriales, como son arboles para hacer postes, mampostería que son los táscate, mezquites, palos colorados, orégano, chiltepín.
A los sembradores se les esta solicitando que cultiven una tonelada extra de maíz y 400 kilogramos más de frijol, y por lo cual tendrán un apoyo extra de 12 mil pesos, para lograr una suficiencia autoalimentaria, y que las 20 mil familias indígenas que son alrededor de 100 mil personas, no tengan hambre.
Los excedentes les permiten poder vender a 6 mil pesos la tonelada de maíz y a 14 mil 600 pesos por tonelada de frijol a precio del mercado de acuerdo con Diconsa.
Diconsa es una empresa de participación estatal mayoritaria que pertenece al Sector Desarrollo Social y tiene el propósito de contribuir a la superación de la pobreza alimentaria, mediante el abasto de productos básicos y complementarios a localidades rurales de alta y muy alta marginación, con base en la organización y la participación comunitaria.