Resulta que Javier Corral, ahora vuelve a la crítica lapidaria que tanta fama le procuró por años, cuando su fluida oratoria calaba en la gente. Desde las tribunas del Congreso de la Unión y del Estado, primero como legislador local, luego federal dos veces y dos senador. Robaba la elección interna con ayuda de Luis Álvarez y Luis Herrera, dos viejos del panismo de prosapia. Una para senador, y la candidatura a gobernador, la primera vez perdió frente a Reyes Baeza, la segunda se la robó y llegó con ayuda de gente ajena al Partido. El perjudicado con esa saña que distingue a Javier Corral en ambas ocasiones fue Cruz Pérez Cuellar. Nada lo detuvo, ni la amistosa hermandad ni el ser compadres y compañeros de batalla…