- Miles de residentes norteamericanos acuden a comprar combustible us$ 3.11 por galón.
CIUDAD JUÁREZ.- Los medios y parte del gobierno norteamericanos cuestionan los subsidios que México aplica a las gasolinas, junto con las fuertes inversiones en plantas petroquímicas como la de Dos Bocas que rebasa el presupuesto del estado de Tabasco, natal del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Los ataques más comunes es que mientras el mundo le apuesta a las energías verdes, aquí le siguen apostándole por las energías fósiles.
Pero mientras esto no ocurre, miles de ciudadanos o residentes norteamericanos a lo largo de la frontera con México están acudiendo a México para comprar gasolina que cuesta 3.11 dólares por galón contra 4.54 /4.15 dólares de lado norteamericano.
Con lo anterior, llenar el tanque de un vehículo con capacidad de 50 litros en Juárez tiene un costo de 819.50 pesos, mientras que en El Paso es de 983.79 pesos.
La baja paulatina en el precio en Estados Unidos es atribuido a una disminución en los precios del petróleo por el reabastecimiento de combustibles a Europa por parte de Rusia, aunque sigue estando caro.
“Es muy probable que los precios en las gasolinas sigan bajando a medida que van bajando los costos de la gasolina al por mayor”, expresó el analista financiero Trilby Lundberg en una nota de prensa.
El precio promedio de la gasolina ha disminuido 55 centavos en las últimas seis semanas, pero está 1.32 dólares por encima de lo que estaba hace un año.
A nivel nacional, el precio más alto de la gasolina regular se encontró en Los Ángeles (5.65 dólares por galón) y el más bajo en Baton Rouge, Luisiana (3.90 dólares el galón).
Según el análisis, el precio promedio del diésel requerirá en 22 centavos estas últimas dos semanas a 5.55 dólares el galón.
Una nota de Bloomberg de este lunes detalla de las filas de autos con placas extranjeras que acuden a las estaciones de servicio de esta ciudad para llenar sus tanques de combustible. Los hay Mercedes Benz, BMW relucientes, Chevrolet Suburbans de ocho cilindros y Lincolns de lujo deteniéndose para llenar, pagando en dólares, algunos con tarjetas American Express.
Iván Escogido, empleado de una gasolinera en la fronteriza Ciudad Juárez reconoce que todavía hay muchos de asombro en esta situación.
“Por toda mi vida, la gente, incluso empresarios de aquí y todos, iban y cargaban en El Paso. Ahora Se volteó la tortilla y se está viniendo la gente para acá”, dijo Escogido de 37 años al mirar a El Paso, frontera con Texas mientras atiende a un cliente con un auto que porta placas texanas.
Esto es una inversión de todo lo que sabe.
Faustino Alonso Maldonado, supervisor de 79 gasolineras para Grupo Gazprom, filial de Petroleo Mexicanos, reconoce que sin duda habrá circunstancias diferentes en los próximos años a propósito de las inversiones en tecnologías verdes.
“Todas las circunstancias alrededor van a cambiar: los Gobiernos cambian, las guerras cambian, las enfermedades cambian, pero todo eso no está en mi control. En las crisis, hay gente a la que le va muy bien y gente a la que le va muy mal. Es una época de oportunidades”, dijo Alonso Maldonado.
Para Arturo Cardoso de 68 años, quien vive y trabaja en ambos lados de la frontera, regularmente cargaba gasolina de lado paseño, pero ahora, y desde hace muchos meses lo hace en Ciudad Juárez.
La agencia de noticias Bloomberg afirmó este lunes que las ventas de combustible en Ciudad Juárez fueron un 52,6% mayores en mayo que hace un año aprovechando que el precio de la gasolina en México a un dólar menos por galón. La agencia recuerda que todavía, la mayor parte de ese combustible se importa de Estados Unidos, que es el mayor vendedor de productos petrolíferos refinados a México.
“Mientras el mundo y la creciente izquierda latinoamericana han abrazado un futuro verde, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que para algunos parece un dinosaurio: está construyendo una enorme refinería que costará mucho más de lo presupuestado en su Tabasco natal e invirtiendo fuertemente en la estatal Petróleos Mexicanos, la petrolera más endeudada del mundo”, dice la agencia noticiosa.
“Y, sin embargo, ahí estaba él, el líder populista conocido como AMLO, provocando al presidente Joe Biden en la Casa Blanca el otro día, diciéndole que daría una bienvenida a los conductores estadounidenses para que vengan a cargar gasolina.
Ofreció duplicar el suministro a las gasolineras de la frontera para ayudar a Biden mientras los legisladores discuten el pedido del presidente estadounidense de suspender los impuestos a los combustibles. Dijo que los gasoductos mexicanos podrían suministrar energéticos a California, Arizona y Nuevo México”.
Mientras las naciones de todo el mundo luchan por la energía frente a una crisis de suministro provocada por la pandemia, el clima extremo y la guerra rusa contra Ucrania, México —al menos, en este momento— está en una situación favorable.
Y aunque López Obrador es un izquierdista, está siendo brevemente aclamado por algunos de la derecha estadounidense que quieren que se aumente la perforación y les encanta ver a Biden avergonzarse.
Ha sido una bendición para AMLO en sus conferencias de prensa diarias. El aumento de los subsidios que implementó su Gobierno, tanto para los consumidores como para las empresas, tendrá un costo estimado de US$24.000 millones este año, pero los funcionarios dicen que han podido cubrir el precio con los ingresos por venta de petróleo.
El precio de la gasolina superó los US$5 por galón en EE.UU. en junio y, aunque ha bajado desde entonces, la gente que conduce a través de la frontera dice que no recuerda una época en la que la gasolina mexicana fuera tan barata. Lo que cuesta US$3,11 el galón en la estación de Escogido en Juárez vale US$4,03 en El Paso y US$5,78 en Fresno.
Y la gente viene a pesar de que algunas estaciones tienen fama de estafar a los clientes.
“El problema en México es que ni una gasolinera en toda la república mexicana te da un litro por un litro”, dijo Manuel Alfredo Aguirre, de 53 años, montando una Harley-Davidson. “Aun con todo, el precio no se compara ahorita”.
Una mujer de Texas que llenaba su tanque dijo que su familia le había dicho que tenía que comprar gasolina en Juárez, atribuyendo la diferencia de precios a los errores de Biden.
Un trabajador de la construcción de Nuevo México con una etiqueta de discapacidad se desvió hacia la estación después de dejar a su hija.
Un hombre que se protegía el ojo del sol porque había venido a México a operarse de la vista entregó unos billetes al empleado. Pese a que estas personas no vinieron solo por la gasolina, sino que tenían una razón para estar aquí, se propusieron encontrar una gasolinera.
Los estados fronterizos del norte de México nunca fueron la mayor base de votantes de López Obrador, pero los menores precios de la gasolina podrían ayudarlo ahora. La pregunta para el Gobierno es si el impulso para Pemex —y para su propia reputación— valdrá la pena a largo plazo.
Bloomberg / Net Noticias y Chicago Tribune participaron en esta nota