- La alcaldesa de la ciudad, Muriel Bowser, ha solicitado el despliegue de la Guardia Nacional para procesar a los migrantes
WASHINGTON.- La crisis migratoria de la frontera con México ya llegó a la capital de Estados Unidos. Se desconoce si por las elecciones de noviembre próximo han polarizado las posiciones de los dos partidos en el poder: el demócrata en la presidencia y los republicanos en múltiples estados de la Unión Americana. Por lo pronto los gobernadores de Texas y Arizona, republicanos, decidieron compartir parte del problema migratorio a la capital de Estados Unidos. La afectada fue la alcaldesa de Washington, quien optó mejor por pedir la presencia de la Guardia Nacional para procesar a los grupos de migrantes que desde hace días llegan en autobuses a la capital estadounidense.
Un cable de la agencia londinense BBC consideró que unas 4,800 personas indocumentadas han arribado desde la frontera sur, algo que la alcaldesa, la demócrata Muriel Bowser, describe como una “crisis humanitaria” que ha llevado a la ciudad a un “punto de inflexión”.
Los viajes en bus los organizaron en Texas y Arizona, estados fronterizos dominados por los republicanos, como protesta contra las políticas fronterizas del gobierno del demócrata Joe Biden, calificadas como laxas.
Las decisiones del presidente se dan en el marco de un aumento récord de la migración a través de la frontera entre Estados Unidos y México.
<img src=”https://c.files.bbci.co.uk/EA19/production/_126092995_gettyimages-1241909384.jpg” alt=”Migrantes en Union Station luego de ser enviados a Washington DC en buses.” />
Fuertes críticas
Ante esto, algunos estados sureños han calificado al actual gobierno federal como “incapaz” de manejar la situación.
De hecho, el gobernador de Texas, Greg Abbott, uno de los críticos más vocales del presidente, ofreció a los migrantes liberados por las autoridades viajes hacia Washington en autobús financiados por el estado el pasado mes de abril.
El gobernador de Arizona, Doug Ducey, hizo lo mismo un mes después, y argumentó que los viajes voluntarios en autobús eran necesarios debido a la “poca acción o asistencia del gobierno federal”.
Ambos funcionarios republicanos habían presionado sin éxito para que Biden mantuviera una política de la era Trump que permitía a la patrulla fronteriza expulsar a casi todos los migrantes irregulares que buscaban asilo.
El programa de autobuses de Texas, que la Casa Blanca ha criticado como un “truco publicitario”, ha costado a los contribuyentes en el estado más de $1,400 dólares por pasajero, según una investigación realizada por la estación de televisión KXAS, con sede en Dallas.
“Crisis”
En cartas enviadas al presidente y su secretario de defensa, la alcaldesa de Washington, Bowser, dice que los miembros de la Guardia Nacional deben activarse indefinidamente para enfrentar una “crisis que esperamos que se intensifique”.
“El ritmo de llegada de los autobuses han alcanzado puntos de inflexión”, escribió.
“Con las promesas de Texas y Arizona de continuar estas abominables operaciones indefinidamente, la situación es grave y consideramos que se trata de una crisis humanitaria, una que podría abrumar nuestra red de apoyo social sin una intervención federal inmediata y sostenida”.
El gobernador Ducey respondió en Twitter: “La alcaldesa Bowser lamenta los 4,000 migrantes: Arizona tuvo 43,570 encuentros fronterizos solo en junio”.
Mientras, el senador de Texas Ted Cruz, republicano, dijo: “Si 4,000 es un punto de inflexión, ¿cómo diablos se llama a los tres millones y medio de inmigrantes ilegales que han cruzado nuestra frontera sur?”
Los inmigrantes que llegan a D.C. dependen en gran medida de las organizaciones locales de ayuda humanitaria, que les suministran alimentos, vivienda y trabajo.
Washington es una ciudad santuario, una de las muchas jurisdicciones lideradas por demócratas en todo el país que limita su cooperación con las fuerzas del orden federales de inmigración.