“He resucitado a 500 personas de entre los muertos”.

  • Agente de seguros lleva 30 años rastreando falsificadores de su propia muerte para cobrar un seguro

John Saunders ha recorrido más de 83 países en todo el mundo y ha permanecido en ellos por semanas o meses. Todo para investigar centenares de casos en donde se registró “una muerte” y los deudos cobraron un seguro de vida, pero en realidad comprueban aquella frase tan trillada y que falsamente se le atribuye a José Zorrilla: Los muertos que vos matáis, gozan de cabal salud.

Y durante más de 30 años, el investigador de seguros ha descubierto unos 500 casos de delincuentes que falsificaron sus propias muertes.

Y en muchos de esos casos esos muertos en realidad vivían muy saludables y ¡vaya que disfrutaban de la vida tras cobrar esos seguros!

Los casos son diversos, como los que han imitado al “Hombre Canoa” de John Darwin, quien fingió ahogarse en 2002, y afirmaron que habían muerto, pero todo eso era un fraude para sacar provecho de las pólizas de seguro.

Saunders ha demostrado que más de 500 personas que dijeron estar muertas en realidad vivían saludables.

Se ha fotografiado con muchos de quienes intentaron fingir sus muertes, incluido Almir, quien vivía en Londres y tenía una póliza de casi un millón de dólares.

De acuerdo al reportaje publicado por el diario hispano La Opinión de Los Ángeles, se precisa que cuando se les dijo a las aseguradoras que Almir había muerto en un accidente automovilístico en Yemen a finales de 2006, los funcionarios sospecharon del certificado médico que acompañaba una reclamación por más de un millón de dólares.

Saunders viajó desde su casa en Windsor, Berks, Inglaterra al Medio Oriente, donde encontró un registro de la muerte de Almir en el Hospital Al Kuwait en la capital de Yemen, Sana’a.

Saunders, quien ahora tiene 74 años, dijo: “No pude localizar al médico cuyo nombre aparecía en el documento.

“Cuando hablé con el oficial cuyo nombre estaba en el informe policial, me dijo que en realidad nunca asistió al accidente, pero que escribió su informe cuando la familia de Almir le contó sobre el mismo.

A continuación, fui al cementerio donde estaba “enterrado”, pero el personal me dijo que Almir no estaba muerto y me dieron indicaciones para llegar a la casa de su familia. Un vecino me dijo que había visto al muerto en la calle esa tarde.

“A la mañana siguiente fui a la casa y me tomé una fotografía con Almir, quien me dijo que había fingido su muerte porque quería obtener una gran suma de dinero para mostrarle a su familia que había tenido éxito en el Reino Unido.

“Curiosamente, el oficial de policía que escribió el informe del accidente estaba relacionado con la familia”.

Las minuciosas investigaciones de John han ahorrado a las compañías de seguros más de $250 millones de dólares en reclamaciones fraudulentas.

“Las personas que fingen su propia muerte obtienen un documento oficial y esperan que la compañía de seguros lo acepte”, señaló.

“Ciertamente no esperan que alguien como yo vuele al Tercer Mundo y vaya a un pequeño pueblo a buscarlos.

“Mi trabajo no es refutar afirmaciones sino establecer la verdad. He investigado más de 500 casos en los que personas contrataron un seguro en el Reino Unido y fallecieron en el extranjero. Prácticamente todas esas muertes fueron falsas”

Saunders escribió el libro “Vete, estoy muerto”, en el que cuenta las locas historias de algunos de los miles de estafadores y farsantes que ha expuesto.

Saunders fue hasta un cementerio en Yemen para corroborar la muerte de un asegurado.

Personas como el británico Anthony McErlean, quien estaba asegurado por $600,000 dólares y murió cuando fue atropellado por un camión en Honduras.

“Era una póliza de muerte accidental. Puedes contratar una póliza de muerte accidental por medio millón de dólares por $15 dólares al mes. El seguro de vida le costaría $1,200 dólares.

“Un amigo estadounidense escribió una declaración a las aseguradoras del Reino Unido contándoles cómo se habían ido temprano de casa para ir a observar aves cuando su automóvil se descompuso.

“Lo estaban arreglando cuando un camión lleno de coles los atropelló, matando a Anthony, quien fue incinerado, un evento poco común en un país católico como Honduras. Pedimos una gran cantidad de documentos, pero su esposa insistía en que no estaban disponibles.

“Me pidieron que fuera a Honduras, pero decidí esperar. Sabía que tenía deudas sustanciales y que había vendido su casa en Kent”.

John hizo averiguaciones con los antiguos vecinos de Anthony en Faversham y poco después recibió una llamada: uno de ellos acababa de ver al hombre muerto y a su esposa comprando en una tienda Sainsbury’s cercana.

Posteriormente, la policía arrestó a McErlean y fue encarcelado durante cinco años.

“¡La policía incluso encontró las huellas dactilares del muerto en su propio certificado de defunción!”, afirmó Saunders.

El investigador Saunders dice: “A lo largo de los años, he investigado varios casos en los que supuestamente una persona ha desaparecido en el mar.

“En un año tuve tres casos, todos ciudadanos del Reino Unido, y te alegrará saber que finalmente sobrevivieron”.

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