México parece condenado a repetir una y otra vez los errores. Todo indica que no aprendemos. La nueva, o, mejor dicho la vieja escuela de la corrupción se hace presente. Ahora entre los empleados de la súper delegación, que dirige Juan Carlos Loera, existe una parvada de ladrones que tiene una lista enorme de adultos mayores a los que nunca les ha llegado su pensión universal. La trama apenas empieza a contarse y, quien desentraña este abuso, eligió a uno de los portales más serios y prestigioso del estado, como es el del periodista, Osbaldo Salvador. Iniciemos:
Hugo Ruiz Esparza, es una persona que trabajó en la estructura que hay en el estado, en el área de la Delegación del Bienestar. Ahora, sin empleo, y, seguro, hay una, o más razones, entre ellas: molestia por su despido o venganza contra los que motivaron su despido o, en el mejor caso; genuino valor civil; decide contar la historia de este criminal atraco organizado y sistemático entre unas tres decenas de empleados corruptos que sustraen el dinero de unos, tantea Hugo, 4 mil adultos mayores, a quienes traen a vuelta y vuelta con el cuento de que su pensión no ha sido radicada en la delegación, cuando en realidad se están quedando con ese dinero, sin saberse, todavía, que se hace con esa suma de dinero, que supera los 15 millones de pesos, cada dos meses. Ya se habían escuchado rumores similares en todas las entidades del País, en donde serían alrededor de 5 millones de tarjetas las que son controladas por servidores de la nación, para sustraer el dinero con fines hasta ahora en la especulación. Entre ellas, las hay, miles de adultos mayores, de jóvenes construyendo el futuro, sembrando vida, personas con capacidades diferentes, y todo tipo de programas de apoyo social que ha implementado el gobierno. Algunos suponen que es una red no oficial que reúne dinero para Morena, otros dicen, que son una organización, que controla la misma Subsecretaría del Bienestar, para reunir fondos que utilizan para financiar lo que se ordene desde una de las más altas autoridades del estado mexicano. Los más ingenuos suponen un simple robo hormiga organizado por empleados desleales y corruptos. El actual delegado en el Estado Juan Carlos Loera, es un hombre de trabajo, con prestigio y que tiene recursos que provienen de sus empresas, por lo que no es de creerse que esté involucrado, salvo que sea por órdenes superiores a través de segundos niveles, y seguro, si no está enterado, Juan Carlos, que controla la Delegación del Estado, deberá ordenar de inmediato auditorías aparte de las que llegan de cada secretaría o de la auditoría superior de la federación. Este tipo de robo es difícil de detectar porque los adultos mayores que están siendo robados no lo saben y de buena fe se creen eso de que no han radicado su pensión y que ya pronto llegará y recibirán retroactivo ese dinero, que, ahora, por el ex empleado, Hugo, sabemos que nunca recibirán. Lo menos que se puede exigir al Delegado es que se realice con urgencia una investigación que ponga al descubierto la operación de esos 30 empleados, o más, que están encargados de sustraer ese dinero. Otra manera de actuar, despertaría sospechas no sólo en el Delegado, sino en toda su estructura en el Estado de Chihuahua. Espero, que muy pronto, ojalá, hoy mismo, Juan Carlos salga y anuncie el compromiso de investigar en resolver en plazo perentorio de no más allá de la siguiente ministración, anunciada doble, al inicio de septiembre, de lo contrario, estarían en peligro de ser robados, a estos 4 mil adultos, más de 30 millones de pesos. Así que la exigencia es anunciar cuanto antes el resultado de esa investigación, y de ser cierto, el dicho de Hugo, denunciar penalmente el robo y resarcir el dinero robado a los adultos mayores. La justicia debe hacerse presente, o será sustituida por la sospecha y la denigración pública de los representantes de esa delegación del bienestar.
!Y eso que ya no hay corrupción! Les digo, como decía la abuela: de lengua me como unos tacos, con cilantro, limón y salsa de chile de árbol.