Sí se podría

Al arribar al Gobierno el Presidente López Obrador encontró, un país  con 60 millones de personas pobres y entre ellas, 8.5 millones en situación de pobreza extrema, de esos que no comen tres veces al día. Todo producto de pésimos gobiernos, corruptos que no propiciaron la generación de empleo y una mejor distribución de la riqueza. Ahora, casi cuatro años después, encontramos que ya hay 65 millones de personas pobres y entre ellos 10 millones en pobreza extrema. Se supone que “la esperanza de México” con los programas sociales aliviarían la pobreza, pero parece que la pandemia y su pésimo manejo que dejó medio millón de muertes, reconocidas, porque puede ser el doble, y ahora la guerra que ya lleva 6 meses en Ucrania, y con la inflación de más de 8.5%, han resultado más poderosas que los esfuerzos del presidente y su equipo, llevándolos al fracaso. El país crecerá apenas poco menos de 2 puntos y el balance del sexenio será negativo. Quedaremos como estábamos en 2015.

Si hoy somos 129 millones de mexicanos, usted puede hacer sus cuentas, para entender que en nuestro país, la mitad de los mexicanos estamos bien o más o menos bien, pero la otra mitad está mal o muy mal. Qué debemos hacer? Es muy difícil decidir, porque Morena va muy mal, pero las alternativas de la oposición ya probaron, en el pasado, que no gobiernan bien y se roban el dinero. El dilema es muy difícil. Pero hay una esperanza, y está en la población con credencial y derecho a votar. Le comento, somos 93 millones que tenemos credencial para ir a votar. En el análisis, Andrés Manuel obtuvo en 2018, poco más de 30 millones de votos, de los 56 millones que acudieron a las urnas. Es decir, 34 millones de personas no salieron a votar. La pregunta que me hago es: porque dicen que es imposible ganarle a Morena? O que tenemos que elegir de entre todos al menos peor? Para empezar, si los 34 millones que no votaron decidieran hacerlo, ellos solos podrían poner de Presidente a quien quieran, sin tomar en cuenta a ningún partido ni político de los qué hay. El abstencionismo es mayor que cualquier partido político de México. Ahí está la esperanza de que nuestro país recobre su dignidad, cambiarlo todo para mejorar y no depender de un sistema político caduco y agotado. Decídase y salga a votar, tal vez, en los siguientes meses, podamos elegir un ciudadano limpio y honesto que no tenga compromisos políticos y sólo se deba a la ciudadanía. Una persona honesta, preparada y con experiencia. Preparémonos y actuemos. Si se puede. Es cuestión de salir a votar el día que corresponda. La política no ha funcionado nunca, el sistema que tenemos ya no sirve. Debemos organizarnos como sociedad y actuar. Si no nos ponemos las pilas engrosaremos las filas; La de los pobres, por supuesto. Y ya no queremos que los pobres sean más pobres, ni que los mismos ricos sigan siendo más ricos. México tiene que cambiar y somos muchos y los números dicen que se puede.

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