Desde hace días he venido afirmando que veo venir una ruptura en Morena, incluso he afirmado que es inevitable. La razón principal es la inclinación del Presidente hacia Claudia Sheinbaum, que representa a la izquierda extrema de todos los grupos reunidos en torno a López Obrador para formar el movimiento que lo llevó a la Presidencia. Otra razón es dejar fuera de las corcholatas a Ricardo Monreal, su mejor operador político. Primero no lo dejó ser Jefe de Gobierno, y lo mandó al senado, donde se consolidó como líder indiscutible. Prueba de ello es el triunfo de ayer en esa Cámara por la Presidencia. Jugaron 4 y al final dos declinaron a favor de Alejandro Armenta el candidato de Monreal. Ahora, no podrán, quitarlo del liderazgo del senado, porque ese era el siguiente paso de haberle ganado ayer, porque se hacerlo lo convertirían en una figura más fuerte y que cobraría relevancia mayor a la que ya tiene. Si el Presidente es tan agudo, como pienso, lo tendrá que dejar como líder de la bancada y tratar de hacer mella entre los senadores, ganándole de a uno a la vez. El enojo o molestia de perder con Monreal tendrán que tragárselo, so pena de hacerlo más fuerte. Se que tienen tiempo y qué tal vez Monreal no alcance la candidatura dentro de Morena, incluso que lo saquen o, al menos intenten otra vez, quitarle del liderazgo del senado en el siguiente año, a menos que les demuestre, otra vez, que él es mejor y conserve la mayoría de senadores de Morena de su lado, y siga de buen negociador con las bancadas de los otros partidos. Monreal tiene destino con MC, si Morena lo decepciona, y se llevaría consigo a bastantes morenistas, pero otros que no simpatizan con la izquierda extrema, ni con MC, volverían a los rediles de los demás partidos de oposición; es decir, Claudia, si es candidata, perdería frente a la oposición, no de Monreal, sino de la otra oposición, con el candidato que decidan: por supuesto, para muchos los mejores van del lado del PRI, como Enrique De La Madrid, Beatriz Paredes o Ildefonso Guajardo. Del lado del PAN iría Ricardo Anaya (si supera la persecución), que resultará muy difícil o Santiago Creel, que tiene todas las cualidades y conocimientos menos el carisma para ir por votos. La división de Morena es inevitable, Monreal no es de los que meten reversa y él jugará hasta el final y su nombre estará en la boleta. El Gobierno de AMLO ya terminó, sólo le queda su exitosa narrativa de lo malo que fueron en el pasado todos los partidos y gobiernos y diferenciarse de ellos, eso le funciona y lo seguirá haciendo, porque aunque la gente repruebe a su gobierno, a él si le creen y lo quieren, pero ya no tiene operadores políticos, él mismo los convirtió en corcholatas y ahora sólo hacen campaña. Haber destapado la sucesión tan pronto hará muy larga la espera, pero su histrionismo y dedicación en la mañanera será su único conducto, además nunca ha usado otro, para dar órdenes y hacer lo que pueda para pasar a la historia en los nuevos libros de educación básica, y tratar de transferir su popularidad a su candidata. No podrá, él es él y nada más él. Claudia no da, ni dará, en el capricho o pecado llevará la penitencia. Si PAN, PRI y PRD se ponen listos podrían ganar y formar un gobierno plural de coalición y transición, ahora hay buenos elementos para lograrlo. La coalición implica repartir el gobierno de acuerdo a los votos de cada partido y la transición implica reformar el sistema político mexicano que ya no da para más.