La respuesta al discurso del presidente López Obrador del día 16, que resultó en una propuesta de paz, plateada como tregua, de cinco años, con tres negociadores, a saber: El Papa, El líder de la ONU y el Primer Ministro de la India, no se hizo esperar. Ucrania expresó a través de su vocero oficial:
Los “pacificadores” que usan la guerra como tema para sus propias relaciones públicas sólo causan sorpresa. ¿Su plan es mantener a millones bajo ocupación, aumentar el número de entierros masivos y dar tiempo a Rusia para reponerse y reforzarse para la próxima ofensiva? “Entonces su plan, es un plan ruso”, expresó Podoliak, vocero ucraniano, el día 17.
Directo y sin cortapisas llegó a todo el mundo una respuesta que deja al residente en una posición de pretender la paz, pero, lo que en realidad entendieron, los ucranianos, es que era como un Plan Ruso, para que tomen aire, se repongan, y luego, reanuden las hostilidades. En otras palabras acusan a López Obrador de pretender ayudar a Rusia bajo el pretexto de una tregua, o Plan a Cinco Años, cuando lo que vieron, por lo menos en Ucrania, es una ayuda disfrazada a Rusia, que, por cierto, ha perdido terreno en los últimos dos meses frente a los ucranianos, con las ayudas recibidas de muchos países, entre ellos, los Estados Unidos.
Lo sorpresivo de todo esto, es que todos esperábamos un discurso sobre los reclamos de USA y Canadá sobre el trato desigual a las empresas que pretenden producir energías limpias. Pero, con la visita del Secretario de Estado Antony Blinken, por alguna razón, se dejó de lado y en lugar del discurso lapidario por la pretendida defensa de la soberanía, se sacó de la manga, una improvisada propuesta de paz…