Parece un comentario sin mayor trascendencia, pero en realidad devela, una vez más, nuestra realidad, pero ahora, en la voz de un hombre, de los que pocos, que la historia, registra con respeto y honor en la política de los países. Pepe Mujica pasó de guerrillero tupamaro clandestino revolucionario a prisionero político por más de doce años en Uruguay, luego, el destino lo llevó a la política y además de diputado, senador y Presidente de su país. Sigue desde su retiro donando a causas sociales el 90% de su salario. Ahora, goza de una reputación y admiración envidiable en todo el mundo y sus conferencias son referente obligado para estudiantes de la ciencia política, y de cualquiera que se interese por entender la cosa pública…