La maniobra de ayer, idea de Ricardo Monreal, o de quien sea, es digna del colmillo político que tiene. La maniobra de regresar a comisiones, para dejar viva o en suspenso, la propuesta del PRI de ampliar los años para que el ejército siga en las calles, con labores de policía, y no hasta el 24, cómo está acordado, sino hasta el 28 para disponer de más tiempo para preparar a la Guardia Nacional (pretexto para militarizar el país). Y así tener vigencia para regresar con otro dictamen y proponerlo al pleno, mientras los “operadores” harán lo que sea para comprar los votos que faltan. Esta ha sido, y es una deleznable práctica, para lograr reformas y otras maniobras políticas que no consiguen el apoyo de los partidos opositores. Motivo por lo que el ex senador Lavalle ha estado encarcelado, acusado de recibir dinero para votar a favor de las reformas estructurales en el sexenio Peñista, mismo motivo por el que Ricardo Anaya está fuera del país. La votación de ayer no alcanzó esa mayoría, por lo que se hizo la maniobra mencionada líneas arriba. La conciencia se mueve con dinero, promesas de cargos o huesos, o lo que haga falta. Ejemplo de esa práctica, es cómo la gobernadora Sansores dejó en santa paz a Alito, misma situación pasó con su desafuero que ya quedó atrás, tampoco se habla ya de quitarlo de la comisión de gobernación en la camara, dichos premios fueron posibles cuando este y sus aliados diputados propusieron la reforma y, por supuesto, votaron a favor. Ahora, la tarea es buscar puntos débiles en otros senadores que tengan cola para chantajearlos y doblarlos. Por lo pronto queda en suspenso la reforma de marras. Como ejemplo de que todo cambió y no somos iguales; traigamos el recuerdo de cómo en Chihuahua un diputado del Pan, Rubén Salgado Durán, avaló la elección de 1986, quien todavía en estado etílico, dijo en la sesión: “Juro ante Dios y ante los hombres que la elección fue legal”, y fue así como la elección de 1986 quedó resuelta en lo moral, porque en la práctica ni era necesario pero sí muy relevante que un diputado de oposición la avalara para intentar acallar las voces del fraude, cosa que no se logró. Mi amigo Carlos Gallegos me ayuda a Recordar los hechos. Mario Hermosillo Sánchez, se topó con Salgado en el autobús, ambos amanecidos en la juega (él mismo me lo contó), de la vieja central fueron a la cantina para seguir la platica; el zorro Mario Hermosillo lo convenció y luego llegó el comandante Quiko Chávez y lo llevaron casi en peso desde la cantina a ponerle suero para intentar bajarle la papalina y luego llevarlo a la sesión. Le ofrecieron un puesto como vista en la aduana, que nunca le dieron. Aquel hombre perdió todo, si es que tenía algo. Por cierto, en 1986 las dos diputaciones plurinominales del PAN quedaron acéfalas por negativa de sus titulares a tomar protesta y después los suplentes tampoco aceptaron tomar protesta, alegando el fraude. Claro que ahora no somos iguales y es seguro que Raúl Paz el senador yucateco se fue a Morena por convicción y no por cohecho. Así es la política. Aquí cobra vigencia un viejo dicho que se atribuye a Carlos Hank González: Todo lo que se pueda comprar con dinero, o con posiciones, en política, es barato.