El sátrapa que gobernó chihuahua de 2016 a 2021, Javier Corral, de joven aprendiz de periodista, se coló a cubrir nota política y se enamoró de la facilidad con que vió que se podía meter hasta la cocina. En muy poco tiempo, cuando gana Barrio inicia lo que sería un vividor de la política y del erario. Brincó de un cargo a otro, sin respeto a los procesos internos, ni a los principios de su partido, siempre labioso, hábil y lisonjero contó con el apoyo incondicional de los luises del panismo de vieja prosapia que mandaban en el Estado y eran respetados y bien atendidos en la sede nacional del PAN. Javier Corral, el servil y disciplinado logró ganar la confianza, aunque al inicio era lástima, por su historia de niño abandonado criado de abuela, que lo obligaba a entrar de rodillas desde la calle hasta el altar, cada día que iban a misa, y vivía en medio de la peor pobreza. Así se ganó ser protegido por Don Luis H. Alvarez y Don Luis Herrera, por varias décadas, al grado de convencerlos de ayudar a despojar a Cruz Pérez Cuellar de dos internas en las que Cruz le ganó a Nefasto Corral.
Engañó y se ganó a los jueces y a muchos otros hombres de la política y a un pequeño grupo de intelectuales, siempre valiéndose de su labia envolvente para lograr hacerles creer que era un valiente, con buenas facultades, lo que le valió colarse al círculo rojo político en México y al de los intelectuales, sin tener alma, cultura ni educación con título alguno. Ese sueño de tener un título, para parecer sin ser, lo obtendría muchos años después, de una escuela que cayó en la red de lengua astuta del senador, y le dejó inscribirse y simular los estudios necesarios para conseguir el papel patito, con el que, vil y mentiroso consiguió una cátedra en la UNAM!!!