El derecho mexicano reconoce la vulnerabilidad en que se coloca un testigo en los procesos penales. El Juez de garantías, deberá determinar que hay presunción fundamentada de un peligro cierto para la integridad de una persona y que ese peligro deriva de su colaboración o declaración relevante en una causa penal. Si esta parte del espíritu de la ley es clara, como yo lo veo, Jaime Herrera nunca fue testigo protegido, más bien fue una marioneta usada por Javier Corral para tratar de cobrar venganza contra su ex amigo, y ahora odiado enemigo. Nada nuevo en Corral, así fue amigo y compadre de Cruz Pérez Cuellar y lo despojó de dos internas en el PAN. Así traicionó al hoy Magistrado Luis Villegas, a Eduardo Almeida y a una larga lista de personas de las que se aprovechó; incluso hasta la muerte de los luises (Alvarez y Herrera) los mantuvo engañados. Maquiavelo decía “no siempre triunfa la virtud y que, en ocasiones, es mejor para el gobernante ser inmoral”. Este puede ser uno de los principios de Javier Corral? Y a sus amigos pudo ocurrirles otra de Maquiavelo: “Todos ven lo que aparentas; pocos advierten lo que eres”. En cuanto a Jaime Herrera, lo único por especular es que algo guarda y que eso le permite impunidad. Y creo que más bien es un admirador de Joseph Fouché, libro que leyó, pero no entendió, porque Fouché “no se siente obligado a ser fiel de por vida ni siquiera a Dios, no digamos a un hombre”. Fouché no destacaba en la vida pública, no era de tribunas de orador, ni de discursos grandiosos, más bien actuaba por detrás y movía los hilos de la política silencioso e inapreciable a simple vista. Y Jaime no aprendió a mover hilos ni para un parche en la mezclilla, menos discreto y sus transas muy obvias, nada que ver con Fouché, si lo leyó, no lo entendió. Lo que quiso imitarle y mal, muy mal, fue ayudar a la caída de su Jefe, pero no le salió ni a él ni a Corral, este se fue frustrado por no lograr nada en 5 años…