La reforma electoral que pretende el Presidente es un retroceso brutal en la democracia imperfecta que tenemos. Desde el gobierno, pretenden regresar a lo que siempre se reclamó al viejo sistema: El control total de las elecciones. Recordemos que en el viejo sistema era Gobernación quien tenía a su cargo las elecciones y ganaba el oficialismo con fraudes y hacían cualquier cosa para aplastar a la oposición. De 1988 en delante inició el cambio hasta llegar al IFE, hoy INE, porque era mayor el ánimo de Carlos Salinas de legitimarse en el gobierno que conservar el viejo sistema. Él más que nadie sabía lo que significaba aquella caída del sistema; porque era la prueba más clara del fraude cometido. Y se tuvo el descaro de dar números totales sin dejar que de más de la mitad de las casillas se supieran los resultados. La duda del pueblo de México ha persistido a través de los años. La primera sospecha es que se cayó y/o calló el sistema; la segunda, al confirmar en cinco estados: Morelos, Baja California, Michoacán, Estado de México y Distrito Federal, se reconoció la victoria de Cárdenas, y de ellos, los gobernadores de Baja California, Xicoténcatl Leyva, de Michoacán, Luis Martínez Villicaña, del Estado del México Mario Ramón Beteta, a las pocas semanas fueron obligados a renunciar, al culparlos de la derrota del PRI; La tercera, en 2004 Miguel De La Madrid confesó al periódico New York Times, y también lo escribió en una auto biografía, que la elección presidencial de 1988 había sido manipulada para que el PRI ganara, y que tres años después, en plena complicidad con el PAN quemaron las boletas para eliminar toda evidencia del fraude y lo tildaron de loco; Y la cuarta; En julio de 2017, Manuel Bartlett Díaz, el responsable de aquella elección y del fraude, declaró a los medios que si había tirado el sistema y manipulado las cifras, con el PAN de cómplice, para evitar que el Ing. Cárdenas llegara a la presidencia. Ahora, con esta reforma pretenden regresar al control total de las elecciones, al mismo estilo de aquel tiempo. El desquite o venganza de Morena y AMLO, incluye la firme creencia de que en 2006 se repitió el robo de la elección al igual que en 1988. Y si hay razones para creerlo. El gran problema es que los perjudicados seremos los mexicanos, al igual que fuimos víctimas de todas las fechorías electorales cometidas por el PRI, y el PAN, este partido en el gobierno de Fox, que aceptó haber metido las manos, al lado de los empresarios, para que AMLO no llegara a ser Presidente. Muchos dicen que no hay pruebas, pero el pueblo no les cree nada. Hay muchos que piensan que esta venganza es justa y que los partidos se la merecen y por eso le dan el apoyo a AMLO. Que, finalmente el karma se hace presente y deben enfrentarlo. Yo creo que si hay enojo y coraje justificado, pero no creo que regresar al viejo sistema y hacer que los partidos sufran por lo que hicieron sea correcto y también creo que México no lo merece. AMLO Ofreció un cambio y una cuarta transformación, pero no recuerdo que nunca nos haya dicho pretender regresar todo al estilo del viejo PRI y de Fox. Aquellas marrullerías las vivimos todos, o los que apoyan a López Obrador piensan que esa reforma la vamos a vivir sólo unos cuántos.
De verdad quieren ese retroceso? Ansían que ese pasado regrese? En serio extrañan ese país de fraudes, engaños y corruptelas políticas? Eso quieren? No logro entender cómo pueden apoyar ese retroceso histórico que mostraría al mundo el México autoritario que fuimos durante casi un Siglo?De verdad creen que sería bueno que un sólo hombre controle todo, al igual que antes? Tropezaremos con la misma piedra? La gente al cometer suicidio político, volverá al pasado?