A qué persecución o venganza se refiere Javier Corral, si la motivación para aprehender a panchito viene de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), quien emitió la recomendación de captura por tortura, basados en los resultados del examen conocido y aceptado en todo el mundo como el Protocolo de Estambul, el cual se aplicó a cada víctima por separado. Aún así Javier pretende tapar los excesos y abusos de poder en que cayó por el odio hacia César Duarte. Javier pretende convencer, a través de los medios,
de que nunca existió la tortura y que es falso que él observara a través de cámaras; sin embargo, su dicho lo contradicen testigos, así como seis víctimas que en sus declaraciones reiteran que había cámaras y que les decían: “están en vivo y a todo color” Hasta anécdotas de panchito han salido a la luz, en referencia a la prepotencia con que se manejaba acompañado de los policías del estado: Llega el Profesor Servando Portillo a la peluquería y los guardias, al reconocerlo, le impiden la entrada, por la seguridad de la persona que estaba en turno de corte de pelo: era panchito.
Sus relaciones personales son cosas de la vida privada, pero él es un hombre de interés público y su comportamiento es nota para cualquier reportero, sobre todo si se involucra gasto del erario. Sus viajes a México a entrevistas hasta dls veces por semana con Carmen Aristegui, siempre fueron de llamar la atención. Aristegui no es de dar entrevistas continuas a menos que se trate de otra cosa, hoy se sabe que si es o era otra cosa. Las entrevistas o reuniones con Javier Alatorre siempre fueron muy comentadas. Uno entiende que la vida de un gobernador es muy ajetreada. Otro detalle que Javier debe tener en cuenta son las debidas respuestas y aclaraciones que debe presentar ante la Auditoría Superior del Estado y la de la Federación. Y no es poca cosa, se habla de casi 6 mil millones de pesos. La siguiente pregunta tiene que ver con los escasos lectores que tiene esta columna: Por qué se queja de que Javier metió a la cárcel a los corruptos? Mi respuesta es sencilla, no me quejo, sólo cuestiono la forma atroz utilizada para impartir justicia. Es decir, la justicia tiene su método y un acusado sus garantías, de otra manera no puede haber un proceso justo. Un probable responsable debe ser arrestado en base a pruebas presentadas ante un juez y este emite o no una orden de aprehensión, ya detenido, el juez determina si lo vincula a proceso o no, y si lo deja en prisión o lo deja libre para enfrentar el proceso. Luego el proceso termina con una sentencia de culpable o inocencia. Ese procedimiento nunca lo siguió Javier Corral, él sólo ordenó: vayan por todos, saquen esta verdad a cómo dé lugar, hagan lo que tengan que hacer, métanlos a la cárcel y ahí que se pudran hasta que canten o firmen lo que les pedimos, si quieren salir que paguen en efectivo, si no tienen ahí que se queden. Las excepciones, o el buen trato sólo se permiten hacia los que acepten pagar lo que se estipule por su inocencia, que saldrá muy cara. Ya tenemos a Jaime Herrera y compañía para que nos firmen lo que sea y extraditar a Duarte. De los demás que nos ayude con los que pueda, y si no hay como, nomás vayan por ellos. No hay Piedad, no hay perdón, me la deben y me la pagan.
Esa es la inconformidad que a diario se expresa en esta disque videocolumna al igual que Javier usa a diario todos los medios a su alcance para defenderse y acusar a otros de sus desmanes, y hoy, de las consecuencias. Llorar ayuda, pero nada sin pagar. El karma llega elegante… y ¡amargo!