Con 269 votos a favor, 225 en contra y 1 abstención, la reforma electoral propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador fue rechazada en el pleno de la Cámara de Diputados este martes 6 de diciembre.
El PAN, el PRI, el PRD y Movimiento Ciudadano se opusieron. Morena, el Partido Verde y el Partido del Trabajo cerraron filas en torno al presidente y dieron luz verde al “plan B”. “No pasarán” y “no se toca” fueron algunas de las consignas que cantaba la oposición.
Esta reforma proponía la transformación del INE, la reducción de legisladores en las cámaras legislativas, la disminución de los recursos públicos a los partidos políticos y la elección popular de los consejeros y magistrados electorales, entre otras muchas propuestas.
Otra de las propuestas es tener definiciones más específicas sobre delitos electorales, en específico sobre la entrega de dádivas o dinero para condicionar el voto de los ciudadanos. Se propone unificar el Programa de Resultados Electorales Preliminares, de donde se obtenían las tendencias de los resultados de las votaciones, con el cómputo de la elección que se presentará en tiempo real. Se modifica también el calendario de los comicios para compactar procesos y se busca reducir gastos con medidas como la retabulación de salarios para que los consejeros no ganen más que el presidente.
Morena no logró esta vez convencer al PRI de apoyar su iniciativa presidencial y no alcanzó la mayoría calificada de la dos terceras partes de los legisladores presentes hoy en el salón de plenos, que debía ser deal menos de 329 votos.
El diputado y dirigente nacional del PRI, ‘Alito’ Moreno, desafió las presiones y expuso que el presidente López Obrador no va a convertir al Poder Legislativo “en una ventanilla de trámite”, al criticar que se le permitió cambiar “ni una coma, ni una letra”.
Rechazado el dictamen de la reforma constitucional, los diputados se disponen a iniciar otra sesión esta misma noche, para debatir y votar la propuesta de reformas a diversas leyes reglamentarias del sistema electoral, que recibieron esta mañana del presidente López Obrador.
El nivel del debate legislativo tuvo por momentos tintes de bochorno en San Lázaro. “México no será Venezuela, México no será Cuba”, gritaba la legisladora panista Paulina Rubio Fernández en su intervención. Lorena Piñón, diputada priista, comparó la estrategia de Morena con el planteamiento táctico de Gerardo Tata Martino en el Mundial. El morenista Marcos Medina llamó “corruptos” a sus adversarios, burocracia “parasitaria” al INE y acusó al expresidente Carlos Salinas, que tramitó la nacionalidad española, de preferir ser “súbdito de una monarquía decadente”. “Hipócritas”, agregó Sergio Gutiérrez Luna, su compañero de partido. “Traidores, le han mentido al pueblo”, sumó Karla María Rabelo, también de Morena. “Demagogos”, “tiranos” y “aplaudidores”, reviró Elizabeth Pérez, del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
También desfilaron pancartas, camisetas con consignas y gritos de batalla en una doble cartelera donde los ánimos han estado caldeados. Esa falta de consensos ha retrasado la celebración de la segunda sesión, de acuerdo con fuentes parlamentarias. Al terminar la votación de la primera sesión, el presidente de la Mesa Directiva, Santiago Creel, confirmó que habría dos sesiones, programadas con 30 minutos de diferencia, aunque se reanudaron con dos horas de diferencia. También se publicó así en el acuerdo de la Junta de Coordinación Política. El “plan B” tiene siete leyes secundarias sujetas a aprobación, pero no hay consenso entre discutirlas todas o una por una, se comenta en Diputados.
El resultado previsto es una victoria por cada bando en dos sesiones parlamentarias. Se perfila, sobre todo, un triunfo pírrico para López Obrador, que elevó la reforma electoral a la parte más alta de su lista de prioridades en el terreno legislativo y tuvo que conformarse con cambios en las leyes secundarias aprobados al filo del periodo ordinario de sesiones, que concluye el próximo 15 de diciembre. La enmienda todavía tiene que ser refrendada en el Senado. El telón de fondo siguen siendo tres citas clave en las urnas: las elecciones estatales en Coahuila y el Estado de México en junio de 2023, y la carrera presidencial de julio de 2024. En abril próximo, se renovarán cuatro de los once consejeros del INE, el proceso comienza en una semana.