El tonto se cree sabio, pero el sabio se sabe tonto: Shakespeare

Claudia andaba promoviendo su imagen, al igual que cada fin de semana durante los últimos meses, de pronto recibió una llamada; su cara se puso pálida, luego poco a poco recobró el aliento, despacio, como si batallara para jalar aire. Alcanzó a gritar a su ayudantía: pidan un helicóptero, urge ir a la Ciudad. La línea 3 de metro cuyo recorrido de 16 estaciones va de Indios Verdes a Universidad, había chocado de frente. “¡Qué cosas! ¿Por qué a mi?, ¿porqué me pasa esto? No puede ser, me van a comer viva en los medios”, pensaba y se mordía el puño cerrado. Luego le dijeron que había un muerto y cerca de 60 heridos en 7 hospitales de la ciudad. No podía pensar bien, subió al helicóptero y al llegar a la ciudad su cara, ahora ceniza, su cabeza inclinada con sus ojos fijos al piso, no sabía qué decir, no atinaba a encontrar palabras para acercarse a la gente, el círculo que la rodeaba, encabezado por García Harfuch, su jefe de Seguridad Pública, la mantenía un poco alejada de los medios y de la gente que lloraba, gritaba y reclamaba: ¡otra vez, otra vez! ¡No es posible! ¿Qué pasa en nuestra ciudad? Tenemos miedo, no estamos seguros en ninguna parte. Otra presión se sumaba: los diputados de la oposición, ¡esos bastardos!, pensaba, están diciendo a los medios que todo es consecuencia de mi negligencia y omisión de cuidados y mantenimiento al servicio del Metro. Además, exigen que deje mi campaña. ¿Están locos? ¿Cómo puedo hacer eso? ¡Claro que no! ¡No lo haré! Tengo que hallar al responsable y salir de esto lo mejor que pueda; eludiré a los medios y diré que voy a ver a los padres de la víctima y luego visitaré todos los hospitales, ojalá funcione para calmar un poco a la prensa. 

¡Dios! ¡Qué me dirá el Presidente!

Es la historia de los gobiernos autoritarios que usan el dinero y el poder para conservar el poder, aunque todo se caiga en pedazos. Son los gobiernos autoritarios, de sólo un mando, funcionan sin equipo, ni plan de trabajo, a pura corazonada y capricho.

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