Redescubriendo México. Primera parte

Jesús Manuel Esparza Flores / Exprés

Hace unos días acompañé a mi hijo Ricardo Alonso a pasar su cumpleaños en Oaxaca. La última vez que estuvimos en esta fecha fue en 2015… siete años pasaron para poder festejarlo juntos.

¿En Oaxaca? Sí, en Oaxaca.

Ricardo es un apasionado de la historia, de la gastronomía, de la arqueología y de la naturaleza. Oaxaca, junto a Campeche, Chiapas y Yucatán son algunos de nuestros lugares favoritos de México.

Nos hospedamos en el hotel “Con Corazón”, un hotel sencillo, de tres estrellas, bonito, cómodo, bien ubicado, ganador del premio Travellers’ Choice 2022. Es un hotel con causa, ya que Oaxaca es uno de los estados más pobres de México, donde muchos niños no reciben una educación adecuada y la fundación del hotel invierte sus utilidades en programas de educación, que les permitan terminar la escuela y tener mejores oportunidades en la vida. 

Iniciamos el redescubrimiento de Oaxaca, al que yo he visitado en mas de 20 ocasiones, el 90% de las ocasiones ha sido por asuntos laborales, ya que asesoraba contable, administrativa y fiscalmente a la franquicia local de Interceramic. Después de 10 minutos de caminata, llegamos al zócalo, un lugar donde el tiempo se detuvo, pese a que casi siempre está lleno de manifestantes y de improvisadas carpas, en el cual, la fusión de locales con visitantes es por demás normal, con un claro predominio de turistas europeos. 

Grupos de mujeres o mujeres solas caminando por sus calles, son un sinónimo que, por fortuna, la inseguridad no ha controlado esa región de nuestro país. 

La cantera verde se impone en casi todos los edificios del centro.

La catedral es imponente en todo, su tamaño, su ornato, su misticismo. El edificio se comenzó a levantar hacia 1535 y en 1740 se inició la última construcción; se le pusieron canceles traídos de Europa y candiles florentinos. El  conjunto escultórico del presbiterio tiene acabados de mármol griego, y presenta una imagen pulida de bronce fundido de la Virgen de la Asunción, obra del artista italiano Todolini. 

En lo personal, las catedrales de la Ciudad de Mexico, Puebla y la de Oaxaca, son imperdibles.

Basta atravesar la calle Independencia para empezar a caminar sobre el andador turístico y encontrarse con un conjunto conventual que impacta los sentidos, me refiero a Santo Domingo, el cual se compone de tres elementos: el Templo de Santo Domingo de Guzmán,  donde los primeros proyectos de construcción del edificio datan del año 1551, a lo largo de su historia ha sido escenario de varios sucesos importantes en la historia de México: fue convertido en bodega militar, en establo, cerrado al culto católico en tiempos de la Guerra de Reforma, y luego devuelto nuevamente a la Iglesia por acuerdo de Porfirio Díaz. En 1979 recibió la visita del pontífice católico Juan Pablo II, y luego declarado, junto con todo el Centro Histórico de Oaxaca, Patrimonio Cultural de la Humanidad. Lo que escriba es poco, causa un gran impacto su interior, la decoración del templo es una joya del barroco mexicano. La cubierta de la nave es una bóveda de cañón con arcos decorados con óvalos, círculos y medallones de personajes bíblicos con relieves chapeados en oro. Incluye el excepcional árbol genealógico de Santo Domingo de Guzmán y 36 pinturas que representan pasajes del antiguo testamento. A lo largo de la nave se observan finos trabajos de carpintería y herrería, así como también esculturas, pinturas y relieves. La decoración del templo es suntuosa y elaborada, la mayoría de las paredes y techo están cubiertas con decoración de estuco en colores brillantes y hoja de oro, sí, hoja de oro. También se destaca la hermosa capilla del Rosario, tapizada en oro y su bello retablo principal.

El segundo elemento del complejo arquitectónico es el convento, desde la época de la Independencia, pasando por la Reforma, el claustro sirvió de cuartel a las fuerzas vencedoras de uno y otro bando, por lo que la soldadesca le causó algunos deterioros. En una de estas celdas estuvo preso el caudillo Vicente Guerrero. A partir de 1972, ha servido de asiento al Museo Regional del Estado. Lamentablemente tiene cerradas la mayor parte de las salas, so pretexto de la pandemia, solamente están dos o tres salas abiertas al público, pero vale la pena entrar, tan solo por ver los tesoros de la tumba 7 de Monte Albán, descubierta por uno de los prohombres de México, me refiero al arqueólogo Alfonso Caso, el tesoro es una impresionante colección Mixteca, los objetos ornamentales elaborados en oro y plata, piedras preciosas como la turquesa, obsidiana, piedra verde, cristal de roca y otros materiales. Por medio de estos objetos es posible observar la gran maestría y conocimientos empleados para su elaboración, así como las redes de intercambio entre distintos sitios mesoamericanos. En esta sala podemos encontrar un cráneo decorado con mosaico de turquesa, copas de cristal de roca y diferentes collares hechos de jade, turquesa, oro, ámbar, concha, perlas y coral.

Justo enseguida, está el jardín etnobotánico, que fue parte de la antigua huerta del convento, es una muestra en vivo de cientos de especies de plantas, todas ellas originarias de Oaxaca, que comenzaron a plantarlas en 1998. En 2.3 hectáreas se cuenta con 950 especies vegetales que representan el 11% de las plantas de Oaxaca. Gracias al maestro Francisco Toledo, se logró crear este espacio, si no conocen la obra de Toledo, búsquenlo en internet y no pierdan la oportunidad de conocer el legado de este gran personaje de la cultura del México contemporáneo.

Este espacio sirvió como cuartel de mediados del siglo XIX hasta 1994 y estuvo ocupado por dormitorios, estacionamientos, canchas deportivas y otras instalaciones militares. En la época colonial tuvo otros usos ligados a la vida del convento, como se puede apreciar en los vestigios que se han restaurado al interior del Jardín: canales de riego y drenaje, estanques, hornos de cal, lavaderos de ropa, un horno de cerámica y una calzada empedrada para las carretas que abastecían alimento y combustible.

¿Quieren que su boda sea la más recordada por toda la familia ylos invitados? 

El Jardín Etnobotánico de Oaxaca es entonces el sitio que deben elegir.

Y como ya era hora de comer, nos dirigimos al mercado 20 de Noviembre, el cual está a unos pasos del zócalo, aun siendo mexicanos, es impactante a los sentidos ingresar por el “pasillo de humo”, es un corredor donde apenas se puede ver por la gran cantidad de humo de los puestos que están asando al carbón los pedidos de chorizo, tasajo y cecina enchilada; estas últimas son carne delgada cortada en tiras, de una sabor y textura indescriptible. Se comparten las mesas con otros comensales, toman una canasta, acuden a uno de los puestos, nosotros elegimos uno de ellos al azar y pedimos un cuarto de chorizo, un cuarto de tasajo y un cuarto de cecina enchilada, todo por 250 pesos, no esperen tenedor, ni cuchillo, todo se come con la mano, acompañado de unas tortillas de maíz gigantescas y recién hechas, el papel estraza es la servilleta, en otro local venden la verdura y las salsas. El aroma a humo atrae como por hipnosis a locales y turistas. Este famoso pasillo de humo es algo fuera de lo común: un corredor en donde venden todo para que se deleiten con una carne asada al estilo Oaxaca, es parte de la magia del lugar.

En el mismo mercado, recomiendo probar alguno de los 7 moles de Oaxaca o una tlayuda recién preparada con su respectivo tasajo.  ¿Y de tomar? Un vaso de refrescante tejate que se prepara con maíz, flor de cacao y semilla de mamey. Hay otro a base de coco… mi preferido.

Ya por la noche, fuimos a la terraza del hotel Los Amantes, con la mejor vista de Oaxaca, viendo el tempo de Santo Domingo,cenamos unos espectaculares molotitos de plátano macho y no podía faltarnos una degustación de mezcales… pa´ dormir a gusto.A mí, el tequila me produce mucha acidez estomacal, cosa que no me sucede con el mezcal, pero de preferencia que sea el de Casa de la Vega.

En los siguientes dos o tres artículos, me ocuparé de la ruta de losconventos dominicos (en uno de ellos fusilaron a Vicente Guerrero), de la alta cocina oaxaqueña, de su cerámica, sus textiles y alebrijes, de las zonas arqueológicas de Monte Albán y de Mitla, de las cascadas petrificadas de Hierve el Agua, de sus museos, del teatro Macedonio Alcalá, del pueblo de Guelatao, de la casa de Benito Juarez, de los retablos de sus iglesias y, de algo que me dejó impresionado: las pinturas rupestres y  los vestigios en las cuevas de Mitla, con una antigüedad de 12,000 años. ¿Ustedes sabían de todo esto de Oaxaca? 

Canción recomendada de la semana: No podía faltar esta gustada sección (gustada por mí, claro).

“Alfonsina y el mar”, cantada, entre otros, por Mercedes Sosa,Lucha Villa, Sergio y Estibaliz, Plácido Domingo, Raphael, Andrés Calamaro, Chabuca Granda, Vicente Fernández, Mijares, Tania Liberta, Natalia Lafourcade, Miguel Bosé y Diego El Cigala, inspirada en hechos reales. Trata sobre la muerte de la poeta Alfonsina Storni, que el 23 de octubre de 1938, decidió quitarse la vida en Mar del Plata, Argentina, tirándose desde el dique que contiene el oleaje (escollera) del Club Argentino de Mujeres. 

Esta poeta se caracterizaba por una altísima calidad literaria y por una fragilidad en su salud física y mental, con cáncer y depresión, que acabaron con sus ganas de vivir. La canción, es una versión un poco más romántica y poética de lo que en realidad pasó, ya que la letra cuenta que Alfonsina entra en el mar poco a poco: “Y te vas hacia allá como el viento, dormida Alfonsina, vestida de mar”.

Octubre de 1938. La poeta Alfonsina Storni viaja a Mar del Plata. Se instala en un hotel, escribe su último poema, luego se dirige al mar y salta al agua desde la escollera. En ese mismo momento se convierte en una de las grandes poetisas de Hispanoamérica. El dato es anecdótico y absolutamente engañador, al mismo tiempo. Porque su muerte no la convirtió en absolutamente nada que no hubiera sido en vida. El suicidio fue solo el final de la vida de una gran poeta argentina, aunque no haya nacido en la Argentina.

Storni nació en Suiza, en 1892. Cuatro años después su familia se trasladó a la Argentina. Se instaló primero en San Juan y más tarde en Rosario. De muy joven Alfonsina tuvo varios empleos hasta que reemplazó a una actriz en una compañía teatral con la que hizo una gira. Pero se dio cuenta de que lo suyo no era la actuación. Maestra de escuela, madre soltera a los 20 y con un deseo insobornable de poesía, se mudó a Buenos Aires para probar suerte con su obra. Para 1920 publicaba sus textos en LaNación y, tiempo después, comenzó a viajar a Montevideo, donde conoció a Juana de Ibarbourou y a Horacio Quiroga. El cáncer de mama que le descubrieron y por el cual fue operada habría mellado su alma e influido en su escritura. Aunque esto no impidió que, con el paso de los años, se perfilara como una gran escritora y su reconocimiento aumentara, tanto como su originalidad.

Si bien circularon dos versiones de su muerte, a la hipótesis de que entrara al mar caminando siempre se impuso el salto, ya que en la escollera del Club Argentino de Mujeres se encontró uno de sus zapatos. Pero, dejarse ganar lentamente por el mar resultaría más poético. Y así fue como los autores de la canción, Félix Luna y Ariel Ramírez decidieron contar su última exhalación.

“Por la blanda arena que lame el mar, su pequeña huella no vuelve más. Un sendero solo de pena y silencio llegó hasta el agua profunda, un sendero solo de penas mudas llegó hasta la espuma. Sabe Dios qué angustia te acompañó, qué dolores viejos calló tu voz, para recostarte arrullada en el canto de las caracolas marinas

La canción que canta en el fondo oscuro del mar la caracola.

Te vas Alfonsina con tu soledad ¿Qué poemas nuevos fuiste a buscar? Una voz antigua de viento y de sal

te requiebra el alma y la está llevando, y te vas hacia allá como en sueños, dormida, Alfonsina, vestida de mar…”

Fuentes de apoyo: lugares.inah.gob.mx, viveoaxaca.org, jardinoaxaca.mx, lanacion.com.ar, Wikipedia.

Comentarios, sugerencias y aportaciones a mi mail:jesusmesparzaf1962@gmail.com. 

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Posdata: No se aceptan críticas, porque ¿saben ustedes cual es la diferencia entre una crítica positiva y la negativa? Pues, la positiva es toda la que yo hago y, la negativa es… ¡toda aquella que me hacen a mí!

Pues me voy…

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