Una instantánea del rover Curiosity de la NASA ha revelado evidencia convincente de que una vez existió un gran cuerpo de agua en un área del planeta que anteriormente se pensaba que era un páramo estéril, anunció esta semana la agencia espacial estadounidense.
El rover, que ha estado explorando el planeta durante más de una década, ha aumentado enormemente nuestra comprensión del paisaje marciano desde que aterrizó en la superficie del planeta en 2012.
Pero un descubrimiento reciente en un área del planeta conocida como la “unidad portadora de sulfatos” ha excitado particularmente a la NASA, después de que encontraran la “evidencia más clara hasta la fecha” de signos de que probablemente existía un lago significativo en un área que anteriormente se pensaba que contenía solo pequeños goteos de agua.
“Esta es la mejor evidencia de agua y olas que hemos visto en toda la misión“, dijo Aswin Vasavada de la NASA en un comunicado esta semana. “Subimos a través de miles de pies de depósitos del lago y nunca vimos evidencia como esta, y ahora la encontramos en un lugar que esperábamos que estuviera seco“.
Se plantea la hipótesis de que si la vida, microbiana o de otro tipo, alguna vez existiera en Marte, la evidencia de esto podría descubrirse cerca de donde el agua se concentró una vez. Los científicos también esperan encontrar pistas sobre cómo el otrora planeta acuoso se transformó en el páramo helado que es hoy en día.
“Hace millones de millones de años, las olas en la superficie de un lago poco profundo agitaban sedimentos en el fondo del lago, creando con el tiempo texturas onduladas que quedaron en la roca“, agregó la NASA en su declaración el miércoles.
Sin embargo, los esfuerzos para perforar muestras en las estribaciones del Monte Sharp, una montaña de tres millas de altura que una vez contenía arroyos y lagos, se han complicado porque el rover se encontró con rocas demasiado duras para su perforación.
“El clima antiguo de Marte tenía una complejidad maravillosa, muy parecida al de la Tierra“, añadió Vasavada.
El descubrimiento de agua en Marte fue confirmado por primera vez por el módulo de aterrizaje Phoenix Mars de la NASA en 2008, con misiones posteriores que localizaron un gran lago subglacial a una milla por debajo de la capa de hielo polar sur en 2018.
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