En Nueva York, USA, se lleva a cabo el juicio contra Genaro García Luna, un caso que despertó expectativas y que ha decepcionado a todos.
Se esperaba que resultara implicado el ex presidente Felipe Calderón, se tenía la creencia de que la evidencia sería tan convincente que nada podría cambiar el destino de García Luna de ir de por vida a la prisión, se esperaba que el juicio se llevará entre tres y cuatro meses.
Nada pasó, los fiscales presentaron puros narcotraficantes en libertad y que viven en USA, pero que entre otras condiciones tienen que acudir a testificar a todo juicio que se les convoque y repetir lo que ya le han dicho a la fiscalía sobre cómo funciona, con quienes y cómo se reparte el dinero que resulta del trasiego de droga a los Estados Unidos. El juicio durará una tercera parte de lo previsto. Al parecer los fiscales no tenían mayor cosa más que los testigos de oídas y lo más cercano a una acusación fue del Rey Zambada que dijo que él le dió, pero a través de otra persona, 5 millones de dólares a García Luna, dijo que fue en dos partes y que lo hizo un restaurante, el cual describió; pero que él no se dejó ver para que García Luna no lo conociera físicamente; más allá de su palabra, no se presentó ninguna prueba ni de los anteriores ni de este último. La defensa, pésima, de García Luna, tibia y tímida poco preguntó, nada resaltó ni aprovechó lo débil de los testimonios y su único testigo presentado ayer fue la propia esposa de García Luna, Cristina Pereyra. Ella explicó los ingresos y propiedades de la familia, como el progreso natural de una fortuna familiar, gracias al ascenso de su marido y los beneficios obtenidos por la compra venta de propiedades. Pereyra narró que las distintas viviendas y negocios que fueron adquiriendo y luego vendiendo, como una papelería o una tienda de artículos de fiesta para niños, se compraron gracias a la solicitud de hipotecas y préstamos, para dichas compras, según Pereyra, también se beneficiaron de bonos recibidos por García Luna, así como por el dinero que este recibió al finalizar sus funciones como director de la Agencia Federal de Investigación en 2006, por lo que recibió 2.7 millones de pesos. Pereyra acudió todos los días para apoyar a García Luna desde el arranque del proceso, hace poco más de tres semanas, y este martes lo hizo acompañada de su hija Luna Linda Pereyra, pero en calidad de testigo de descargo. Un circo montado, al que los medios de México cubrieron y los medios de USA no. Unos fiscales mal preparados y un defensor deficiente. Un acusado callado y serio y una esposa que atendió hasta a los medios de comunicación. En fin, nada se espera. O lo condenan por creer saber lo que hacía, o lo sueltan por no probar lo que les dijeron qué hacía.