Ayer, AMLO se empeñó en celebrar la expropiación petrolera. Pero utilizó el evento para competir con la sociedad civil que se había reunido semanas antes en la misma plaza de la Constitución.
Lázaro Cárdenas compró los activos de las empresas extranjeras en México. ¡Si eso es expropiar! Estamos de acuerdo, de otro modo; póngale nombre.
El tema era un arreglo por salarios entre los trabajadores y las empresas. Cárdenas intervino y al no llegar a un acuerdo y por la actitud de los representantes de esas empresas, fue que decidió comprar todo.
Aplaudo sin rubor y sin sonrojo, pero, las cosas como son, sin maquillaje, como el de los libros de primaria que nos han enseñado muchas mentiras.
Hoy, creo que si Cárdenas se hubiera imaginado que PEMEX sería un barril sin fondo, no habría comprado.
Por cierto, no se medir la cantidad de gente a ojo, pero me pareció que no le ganó a la marcha de los ciudadanos.