¡Teníamos las señales!
Del libro de Pablo Hiriart, parafraseando: Hay serpientes ovovivíparas y su cáscara es transparente a grado tal que se puede ver claramente a la serpiente, una vez expulsado el huevo por la madre.
Vamos al tema.
La primera fue una orden de aprehensión por bloquear pozos en Tabasco. La segunda, cuando Zedillo intentó quitar a Madrazo por Arturo Núñez en Tabasco, pero no pudo. La tercera fue dejarlo competir por la Jefatura de Gobierno con credencial de elector de Tabasco. La cuarta fue el terreno El Encino, violó un amparo. La quinta cuando ante Adela y Joaquín, por separado prometió respetar los resultados en 2006. En 2012 no fue molestado pese a los disturbios en San Lázaro. Déjalo, está en la lona. Si estaba en la lona, pero en el ring. Se levantó y ganó en 2018. Peña Nieto dejó abandonados, como todos sus antecesores a los más humildes. Peña Nieto abandonó espacios y AMLO los ocupó.
Al situarse en la cúspide de la moralidad impide la toma de acuerdos. La megalomanía combinada con el fanatismo de sus seguidores lo llevaron a sentir que caminaba sobre el agua y a pensar que multiplicaría el pan. Un Mesías.
Hoy, todas las desilusiones anteriores, más las que faltan, están más que cumplidas. Lo más difícil no será ganarle, sino que lo reconozca.
Y que Dios nos ampare si lo respalda el Ejército.