En la Tribuna del Senado, Claudia Ruiz decía: No hay duda, todos los ciudadanos estamos orgullosos de nuestras fuerzas armadas. Su prestigio es sólido. Sin embargo en el Senado hoy discutimos sobre la desconfianza del gobierno en las instituciones civiles.
El oficialismo pretende hacernos creer que no hay más remedio que confiar la seguridad a las fuerzas armadas, trasladando a su mando a la Guardia Nacional. Esta es una trampa para lograr lo que no pudieron en la Reforma Constitucional a través de un transitorio que señalaba un tiempo y pretenden extenderlo por reforma a leyes secundarias que pueden hacerse con la mayoría simple que ostentan. Militarizar el país no es la solución correcta. Y el tiempo dirá quién tiene la razón.
Antier, la Suprema Corte de la Nación (8 a 3) le dió la razón a Claudia. El art 21 de la Constitución señala claramente que la Guardia Nacional será civil, dijeron los ministros encabezados por Norma Piña. A las fuerzas armadas les corresponde la seguridad nacional por amenaza externa o interna. La participación de las fuerzas armadas como auxilio en la seguridad pública se diseñó de forma extraordinaria mientras se creaba la Guardia Nacional.
Perdieron el tiempo por un cambio de opinión del Presidente. Pasar la Guardia Nacional al organigrama del Ejército Por encima de la Constitución, basados en la aceptación y respeto que se le tiene a los militares, que no a sus mandos.
Sin embargo, la ley es clara, el Artículo 21 señala que la Guardia Nacional es de orden público y debe ser civil. La triquiñuela de ampliar un transitorio no pudo, a criterio de la Corte, pasar por encima de la Carta Magna.
El Presidente, terco y necio nos dará atole con el dedo, simulado que Icela manda pero no será así. Esperaremos a que se vaya a la parcela, pero la Guardia será civil más pronto que tarde.
La decisión de la Corte ya no la detiene nadie. Y en lo que le queda a AMLO tampoco pueden tumbar a la Corte, salvo que haga lo que su amigo Pedro Castillo. Y si se atreve, tendría las mismas consecuencias. El Ejército y La Marina no son suyos, lo serán sus mando, pero no los generales, jefes, oficiales y tropa.
Claudia Ruiz Massieu siempre tuvo razón.