Ayer el Presidente le dedicó un buen espacio, al final de su show, (3 horas y ya son dos seguidos de 3 horas) a Maru Campos, en el que la denostó hasta que le ganó el hambre y se fue a desayunar.
El Presidente se confunde a propósito: por ejemplo, ayer dijo que el Chueco, asesino de los jesuitas, se paseaba libre en el gobierno de Maru, pero olvidó decir que los 5 años de Javier estuvo libre y protegido por el propio Javier y sus policías.
Luego dijo que Maru le pidió sacar al Ejército para recuperar los cuerpos de los jesuitas, pero que no aceptó sacar a los soldados y que los cuerpos aparecieron en donde el Ejército ya había revisado, dando a entender que (Maru) se los había sembrado.
Dijo que los gobiernos del PAN y del PRI son iguales, que la diferencia es que los del PRI son cínicos.
Y le pegó duro a Maru, a la Iglesia Católica y a la organización Jesuita. Criticó que le reclamaran no aprehender al Chueco, sino hallarlo muerto.
Y se burló de ellos porque le dijeron que eso no era justicia. Dijo que los conservadores van a misa, confiesan y comulgan y luego salen a pecar socialmente porque son racistas y discriminan a los pobres.