Este país es una República. No una menarquía con siervos de la nación y un rey que impone sus ocurrencias.
Ayer, al terminar el primer foro organizado por el frente entre los cuatro finalistas. Enrique de La Madrid, el más joven, el más preparado y el de más experiencia de los cuatro, expuso, entre otras ideas, que México se nos está desangrando cada día, pese a que somos muy trabajadores nos siguen pagando salarios de miseria y nos faltan más oportunidades.
México se nos muere entre las manos por no ser capaces de aprovechar la ventaja de la vecindad con nuestros socios comerciales.
México está tomado por el crimen organizado que nos cobra por todo y controla todo. Tenemos un gobierno que prefiere dar la mano a la mamá del criminal más violento y conocido, pero, al mismo tiempo, da la espalda a las madres buscadoras de sus hijas desaparecidas.
En los programas sociales que hoy tenemos para los adultos, los emprendedores, los estudiantes, niños y niñas o los de capacidad diferente, ni un peso menos, al contrario, hay que mejorarlos.
Enrique también habló del México que nos podemos imaginar, de ese mejor México posible con el que soñamos, y que podemos construir, un México armonioso, un México en paz, con un sistema de salud para todos, sin discriminar a nadie, con educación de calidad al alcance y disponible para todos.
Un México con una economía vibrante y dinámica que genere millones de empleos y que con políticas públicas adecuadas propicie oportunidades para emprender y las empresas deberán pagar más y mejor.
Enrique de La Madrid está cierto de que ese México es posible. Y si tú crees, como Enrique, que ese México es posible, síguenos en el frente, porque Enrique va de frente con el frente.