Un amigo, al que aprecio y admiro, conocido como El Yanqui Leyva, me envió estás palabras. A las que ojalá, con su permiso, pueda dejar pasar con otras palabras que le agregué.
Sí es tiempo de la unidad, pero NO de la clase media con los poderosos como sucedía en antaño, que incluían a los serviles.
Sí, es tiempo de la unidad, de los trabajadores y sus familias, del campo y de la ciudad, manuales e intelectuales que nos permita establecer una cultura basada en el respeto irrestricto de los unos a los otros, en el agradecimiento en general, en la solidaridad para quienes tengan la desgracia de encontrarse o caer en la adversidad.
Es tiempo de una cultura de amor a uno mismo, al núcleo familiar, a las comunidades, a la patria y a la naturaleza.
Es tiempo de ser humanos de corazón, y no humanistas de discurso. Y así, sólo así, superar la seudo cultura del robo, del saqueo, del engaño, de la impunidad, de la altanería, de la prepotencia, del clasismo, y del racismo, en el que nos tenían por tantos años.
Es tiempo de la unidad contra la pobreza, contra las carencias, contra la dependencia imperialista y/o autoritaria, o de la corriente política que sea, en aras del desarrollo, el progreso y el bienestar del pueblo Mexicano.
Ya es tiempo de nosotros. Ya nos toca como mexicanos un poco de armonía, de paz y, ¿por qué no?, de prosperidad para todos.