Maru Campos está en lo correcto con la controversia que interpuso por los libros de texto.
Es un deber de la Nación adoctrinar a las generaciones, pero con la historia real, por buena o mala que sea. Decir la verdad a los niños y a los jóvenes es necesario.
Alemania, Japón e Italia son ejemplos vivos y recientes.
En México nunca se ha hecho, siempre le han mentido a la sociedad. Todos los presidentes acomodaron a su gusto la historia.
El más descarado fue Porfirio Díaz. En México, los niños y los jóvenes han sido engañados desde siempre.
Todo lo que sabemos de nuestros tres grandes movimientos es mentira o está tergiversado.
Ni Hidalgo, ni Juárez, ni Carranza, Cárdenas, menos Díaz Ordaz o Echeverría, ninguno de los supuestos héroes o de ex presidentes son lo que nos dijeron, ni de cerca.
Así que ahora estamos de acuerdo con la gobernadora en impedir al costo que sea, otro adoctrinamiento peor, con este viejito alucinado, que además de mesías nos salió megalomaniaco.