El abuso contra César Duarte por parte del Poder Judicial, rebasa cualquier expectativa que alguien haya tenido.
Cuando se hizo el acuerdo de extradición se suponía que venía por dos asuntos, ambos primeros administrativos, por lo que no ameritaba estar en prisión, sino con otras medidas cautelares para llevar esos dos temas jurídicos.
Se sabía que de ser vencido en juicio administrativo, uno de los asuntos podría ser penal, y sólo entonces podría ser sometido a un juicio penal, con las mismas medidas cautelares o distintas a criterio del juez, aunque aquí en chihuahua son a criterio del MP.
El caso es que lleva más de dos años en prisión y no hay sentencia, lo cual es violatorio de sus derechos fundamentales y deberían haberle cambiado las medidas cautelares.
Pero no, han decidido ensañarse, cebarse en él.
¿Cuál es el odio? Qué les hizo? Nada, nada. Está en la cárcel por la boca de Corral, no por delitos.
Pero Javier está libre, aunque dejó el estado en situación lamentable.
¡Qué cosas! No hay manera de entender la justicia.
No la tenemos en Chihuahua, y si la tenemos está al servicio de no sé quién pero no de la sociedad.
¡Pobre Duarte! Jamás debió firmar la extradición.
Nada le cumplieron y en todo ha sido traicionado.
Dura, pero así es la condición humana… Si es que es humana.
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