El ex gobernador Javier Corral, quien militó en el Partido Acción Nacional por más de 40 años, anunció vía redes sociales su renuncia al PAN, señalando que el PAN en el que militó ya no existe siendo solo un recuerdo, y quedarse sería traicionar el origen y los principios ideológicos que le dieron forma; agregó en el escrito que la evolución del partido va cada vez a peor, ya que se ha enquistado la simulación, la mentira y la hipocresía; “Por si fuera poco, se le volvió a abrir la puerta a los sectores más reaccionarios, atrasados, con posturas antiderechos…”, indicó el ex gobernador; informó que seguirá participando en la vida política y “militando en el interés público”, sin pertenencia partidista.
La carta íntegra es la siguiente:
“Hace tres años tomé distancia de cualquier participación en los órganos del partido. Ocurrió a partir de que se aprobó, en diciembre de 2020, la alianza electoral con el PRI. Y hace poco más de un año tomé la decisión de separarme formalmente del Partido y así lo he anunciado públicamente en varias ocasiones; es el momento de concretarlo y esta misiva es el instrumento para hacerlo.
La decisión que hoy formalizo ha sido fruto de un largo proceso de valoración y maduración en el que, por un lado, he querido tomar distancia de la particular coyuntura que me ha tocado vivir tras concluir mi responsabilidad como gobernador de Chihuahua, y por otra, acompañar mi renuncia con una reflexión mayor sobre el momento político que vive el país, sus retos y el dilema que nos plantean las elecciones del 2024 entre el pasado y el futuro.
Seguiré participando en la vida política y militando en el interés público, pero sin pertenencia partidista alguna. Quiero seguir contribuyendo con mis ideas y la experiencia adquirida a construir un mejor país. Dejo asentadas aquí mis razones y los motivos que animan mi decisión, pero también deseo expresar mi profunda gratitud a miles de compañer@s panistas que a lo largo de los años me brindaron su amistad, consejo, apoyo y respaldo en las tantas batallas libradas dentro y fuera del Partido.
Hoy particularmente recuerdo a los viejos panistas de Ciudad Juárez que, con su ejemplo de congruencia moral, verticalidad y amor por México, me enseñaron lo que es la mística en la política, el tesón en la lucha, y despertaron en mí, a muy temprana hora, una rebeldía contra la injusticia, la corrupción y la simulación.
Tras la campaña presidencial del Ingeniero Pablo Emilio Madero, me inscribí en el partido el 2 de agosto de 1982, exactamente el día que cumplía los 16 años de edad. Luego conocí a hombres y mujeres integr@s e insobornables ante el poder económico y político, a Francisco Barrio Terrazas, a Don Luis H. Álvarez, a Doña Blanca Magrassi, Carlos Chavira Becerra, Guillermo Prieto Luján, Luis Herrera González, Martha Uranga, María Luisa Ugalde y tantos otros líderes que fueron mi inspiración. Desciendo, pues de los bárbaros del norte y soy hijo de la resistencia civil contra el fraude electoral, y esos serán distintivos de mi carrera política.
Por las oportunidades que me brindó y todo lo abrevado, doy las gracias y cierro mi ciclo en Acción Nacional. Siento orgullo de haber militado 41 años en el que durante mucho tiempo fue el mejor partido político de México, destacado por sus aportes a la democracia en el país, por las grandes gestas patrióticas que impulsó desde diversas trincheras, por las almas que movió en su brega, pero que lamentablemente ya no es. De hecho, su actual fisonomía y actuar lo hacen irreconocible frente a sus propios principios y valores éticos. El PAN que nos convocó ya no existe, es solo un recuerdo, una entelequia.
Por esta razón, he decidido apartarme de sus filas, quedarme -considero-, sería en cierto modo traicionar el origen y los principios ideológicos que le dieron forma, ser cómplice de su degradación. Respeto mucho a quienes, con genuina intención, albergan la esperanza de una reconstitución ética y moral del Partido. En mi caso la he perdido por completo. Esa batalla está perdida, porque la evolución es cada vez hacia lo peor; se han enquistado la simulación, la mentira y la hipocresía. Nunca en la historia de esta institución – fundada por el chihuahuense Manuel Gómez Morín ,y que tuvo como líderes a varias de las mentes más brillantes de México, habíamos tenido dirigentes tan mediocres y cínicos como los de ahora.
A lo largo de mi trayectoria siempre he procurado ser coherente con mis dichos y hechos, cuando fue necesario y ante diversos quiebres procuré ser crítico constructivo al interior del partido, en el marco de respeto que se prohijaba, nunca hubo de mi un silencio cómplice y dan cuenta de ello mis posturas en ambas Cámaras del Congreso Mexicano, mis artículos periodísticos y ensayos, no obstante, hoy el espíritu crítico y la acción deliberativa están expulsadas, se ignoran y prevalece el verticalismo y la cerrazón. Tras estrepitosas derrotas electorales se ha sofocado cualquier análisis y todavía es hora que no se reconoce la enorme responsabilidad que se ha tenido en el deterioro de las instituciones y el agravamiento de los problemas sociales. Los tiempos actuales demandan responsabilidad y definición.
Es además una vergüenza infinita terminar fundidos con el PRI más corrupto de la historia; ninguna razón política, ni lealtad institucional, puede hacer compatible con la integridad personal, apoyar esa alianza, que la única utilidad práctica que tendrá será reinstalar en el Congreso a varios de los personajes más cuestionados de ambos partidos. Es la alianza de las antípodas que, a quien ha desdibujado ante la sociedad, es al PAN y ha terminado asemejándose a su antiguo adversario histórico.
Es una alianza que no reconoce ningún pasado de dignidad. Por ello voté en contra de la institucionalización de ese acuerdo, en lo que fue mi última participación en el seno del Consejo Nacional, la considero la más grande traición a su origen y destino históricos, tan es asi que de manera muy clara y contundente lo rechaza la mayoría de la población.
Esta circunstancia ha dado pie a que un grupo de empresarios que han sabido tripular la medianía y las debilidades éticas de los dirigentes partidistas, aprovechen el escenario para la manipulación del Partido y para impulsar desde ahí su agenda y la defensa estricta de sus intereses económicos.
Por si fuera poco, se le volvió a abrir la puerta a los sectores más reaccionarios, atrasados, con posturas anti derechos, cuando la demanda natural de la sociedad es avanzar y tomar posiciones más liberales. En su lugar, la extrema derecha ha aprovechado no solo la debilidad institucional, sino la polarización política y el encono que vive el país para imponer su visión y propuestas sectarias en documentos programáticos y plataformas electorales.
En medio de la decepción y la tristeza, al ver reducida la grandeza que durante mucho tiempo representó en la tarea civilizatoria y humanizadora de la acción política, la obra fundacional de Acción Nacional, me levo también el grato recuerdo -como dijera Borges-, de los momentos vividos con arrojo. Y con Gómez Morín repito, “que la decepción no paralice, sino que instigue” para seguir buscando, por otras rutas y siempre de la mano del pueblo de México, el bien común que no es la suma de intereses particulares, sino la amalgama de todos.
Lic. Javier Corral Jurado”