Resulta que la Suprema Corte de la Nación atrajo la instrucción (porque eso es), incluso se le puede llamar una condena a México.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha condenado a México por la excesiva prisión preventiva, sea oficiosa o justificada.
En el pasado bastó que el MP lo pidiera y el procesado quedaba recluido más allá de si tuviera o no otras opciones, que para el caso son 14, y la más dura es la prisión preventiva.
El MP, en la comodidad de su oficina, acumula expedientes y les da trámite sin apuro ni mayor interés que si le ordenan o le dan su mochada para que algo se mueva.
La decisión asustó a Gobernación por ser los encargados de los penales, pues creen, y con razón, que se les van a vaciar, con lo que muchos negocios se van a la basura. Entre ellos los millones que por semana se levantan en los penales del país.
Si la corte declara que acatará, como debe ser, la orden de la CIDH, dijo Rosa María Alcalde, liberaríamos unos 28 mil presos de los 220 mil que hay en el país.
Se me hacen pocos.
La Corte debe asumir la condena a México. Y si eso pasa, también en Chihuahua muchos serán liberados.
¡Enhorabuena por los olvidados! Y en adelante, que sean los jueces quienes decidan si hay o no elementos para una prisión preventiva, escuchando a las dos partes, dejando de ser privilegio del MP.
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