La gente se ha cambiado de partido por diversas razones, pero ninguna por ideología.
Algunos lo hacen por conveniencia; otros por necesidad, pero la mayoría porque no se siente representado en ninguno.
La conveniencia es cuando Morena cree que la persona aporta votos y lo hace candidato: la necesidad es cuando buscan protección por delitos cometidos y se refugian en quien les ofrece protección.
La mayoría de la gente no siente que alguno de los partidos actuales lo represente.
Así está de agotado el sistema de partidos, por lo que los que creen que se puede repartir dinero por siempre están con Morena, una especie de viejo PRI, pero a la antigua como cuando era hegemónico.
Aquel que sepa que el Estado no produce dinero y que sólo recauda impuestos o pide prestado, votará por una opción diferente, porque sabe que llegará el momento en que no haya modo de repartir.
Cuando en casa alguien no chambea, vive de quien lleva el chivo.
Esa ley es válida para todo y para todos.
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