La opinión pública está escondida bajo el miedo a intensificar la división familiar y de amistades que se pierden por la cerrada y obcecada visión del fanatismo hacia el mitómano mesiánico y megalómano presidente.
El “bono miseria”, constituido por sectores sociales muy proclives a la abstención histórica de 37%, lleva a suponer que la ventaja que presumen para la corcholata se desinflará en las urnas.
Al que nunca ha votado no lo hará votar nada ni nadie, y los que lo hagan será para desandar el camino entrópico negativo que conduce el mesías.
Salvador Borrego de Saba Consultores nos dice algo claro y lo parafraseo porque coincido en lo fundamental; también lo cito textual en algunos párrafos.
Con base en los datos a la vista (facts, pensando en Bertrand Russell), pensaría que el resultado lógico sería un triunfo de Xóchitl, por lo siguiente:
1.Estamos ante una elección plebiscitaria. No se trata ni de Claudia, ni de Xóchit y menos de Jorge. ¡Se trata de AMLO!
2.A AMLO se le están cerrando las pinzas:.
Las consecuencias de sus monumentales errores y limitaciones, emergen en prácticamente todas las áreas de gobierno, en especial seguridad pública, salud pública, el reporte de la pandemia que señala que 300 mil no debieron morir pero sus muertes son por su pésima administración del COVID; la corrupción, los apagones con la energía que contamina y su estilo de gobierno.
3.Las presiones sobre AMLO le llegan de todas partes.
La oposición, los gringos y hasta militantes de su propio partido que se sienten traicionados.
En el contexto más amplio de la lucha por el poder, otras incógnitas se abren ante las reiteradas violaciones de AMLO al proceso electoral, que inevitablemente judicializará el proceso.
La cuestión es si se atreverán a un mega fraude para el bienestar del “pueblo bueno”.
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