El sociópata Javier Corral, ahora escondido bajo la falda corcholata, pretende engañar a los chihuahuenses acusando a quien salvó su casa del embargo de Televisa, poniendo en su lugar unos terrenos, de los que, una vez con poder, se apropió a la brava.
Dice el acusado de prevaricato, extorsión y tortura que su otrora amigo y compadre Eduardo Almeida Navarro, es un testaferro del exgobernador de Chihuahua, César Duarte.
Sin prueba alguna más que su lengua viperina cuya voz engola para mentir, también acusa a Eduardo de colaborar con Maru Campos, pero sólo lo afirma no lo respalda.
Enseguida reitera la maniobra que hizo durante su gobierno, afirmando que Eduardo perdió un juicio por defraudación fiscal por 512 millones de pesos, cifra que actualizada llega a 700 millones.
La sentencia, según él, emitida por unanimidad por la Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, publicada recientemente, confirma el revés legal para Almeida.
De esta afirmación se desprende su incapacidad y ausencia de conocimientos de abogado, toda vez que su título patito no da para tanto, porque ignora que existe un Tribunal Colegiado de Circuito que sí, este sí será la última instancia.
Hasta entonces el caso está abierto. Javier se cree sus propias mentiras y ya espera que el SAT venga a cobrar.
Qué se puede esperar de un sátrapa tirano que engañó a todo el pueblo de Chihuahua.
Claudia se dará cuenta de quién es en realidad y debería bastarle que quien traiciona una vez, traiciona siempre.
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