La vida nos presenta la realidad, la esperemos o no.
Leí en los medios el saludo generalizado que recibió César Duarte en su visita a un restaurante.
Se comenta que casi todos los comensales hicieron fila para saludarlo.
Luego supe que fue a saludar a Pirrín, embajador de Parral en Chihuahua y ocurrió lo mismo; fue saludado con alegría por los comensales.
Me pregunto: ¿Cuánto daría Javier Corral por un recibimiento así?
Me queda claro que la gente pone en su lugar a cada quien.
Así se escribe la historia.