Alito sueña con ser dueño del PRI.
Pero olvida que los cambios de estatutos proceden hasta que concluya el proceso electoral, lo cual ocurre cuando se entrega la constancia a la ganadora. Primer punto.
Lo segundo es que el Tribunal Electoral, cuando le autorizó extender su mandato, le advirtió que no era una reelección, ni podía serlo.
Que era por los tiempos tan cercanos al proceso.
El futuro de su pretendida reelección, está condenada al fracaso.