Javier Corral, cuando fue senador por segunda vez, fue cachado ebrio por la policía de la Ciudad de México y fue a parar al torito.
Es decir, el fuero no es protección ante faltas de carácter administrativo. Luego de nueve horas en el Torito, llegó el amparo, única forma de salir, aunque se tenían que pagar las 11 horas restantes.
Por cierto, no las ha pagado.
Esta falta administrativa es pequeña pero sirve para que se den cuenta de que el fuero no protege contra esas, así que la inhabilitación por un año del tribunal administrativo procede porque el fuero no lo protege.
Veremos qué hace el senado. ¿Pasa otra vez por encima de la ley?, o ¿lo manda a cumplir el año de inhabilitación y de paso las 11 horas al Torito?
Aunque si eso pasara se aplicaría la orden de aprehensión, por lo que debemos esperar que el senado violente la ley y lo proteja una vez más.
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