Confía FMI que México bajará su déficit a 3.5% en el 2025

  • Deuda por arriba de 57% del PIB de aquí al 2029, ingresos públicos de bajada y un déficit moderándose, la foto fiscal de México.

WASHINGTON.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) confía que México conducirá el ajuste fiscal, al que se ha comprometido el gobierno entrante, para dejarlo en 3.5% del Producto Interno Bruto (PIB) en el 2025. 

De acuerdo a un análisis del diario mexicano El Economista, este ajuste reducirá el histórico déficit que se alcanzará al cierre de este año, equivalente a 5.9% del PIB, el más alto en tres décadas.

Al interior del Fiscal Monitor, donde los técnicos del organismo identifican el estado de las finanzas públicas de los miembros estimaron que la estrategia de consolidación fiscal que aplicará el gobierno entrante, puede reducir de forma gradual al déficit hasta llevarlo a 2.7% del PIB a partir del 2026 y hasta el 2029.

El déficit fiscal alcanzado el último año que gobernó Andrés Manuel López Obrador, equivalente a 5.9% del PIB, es el más amplio en una década; ni siquiera en la pandemia, cuando la mayoría de los países utilizaron políticas expansivas por recomendación del Fondo para estimular a la economía global, se alcanzó un registro similar.

De hecho, en el 2020, el déficit mexicano observó un registro de 4.3% del PIB que contrastó con el registro histórico mundial de 8.7% del PIB en el mismo año. El aumento del déficit está documentado en el Presupuesto de Egresos de la Federación.

La información del FMI recabada en el citado reporte, muestra que la deuda general del gobierno mexicano para este año será equivalente a 57.7% del PIB, un incremento de 4.6 puntos del PIB en un solo año. En el 2023, fue equivalente a 53.1 puntos del Producto.

Según los cálculos del Fondo Monetario, esta proporción de la deuda mexicana se mantendrá fluctuando alrededor de 57% del PIB desde el 2025 y hasta el 2028, y volverá a incrementarse a 58.1% del PIB para el 2029.

En esta métrica fiscal, México compara razonablemente mejor que el resto de sus pares emergentes donde el promedio de la deuda es equivalente a 70.8 puntos del PIB.

Retrasar ajuste puede ser costoso

En el marco de las Reuniones Anuales del FMI donde fue lanzado el Fiscal Report, el director de asuntos fiscales en el FMI, Vitor Gaspar, aseguró que retrasar el ajuste fiscal que requieren los países que incurrieron en altos endeudamientos, puede terminar siendo muy costoso.

Mientras más oportuno sea, resultará menos costoso y para facilitar su ejecución, será extremadamente importante hacer un proceso de transparencia en la comunicación.

Tomó el ejemplo de India, que recientemente introdujo una estrategia que llamó “Triple T” de Taxes, Technology y Transparency, para advertir que se pueden aprovechar las nuevas tecnologías para eficientar la recaudación, transparentar su administración e incentivar a la gente a contribuir.

Riesgos de consolidación

En la misma conferencia, la subdirectora del departamento de Asuntos fiscales del FMI, Era Dabla Norris, puso de relieve la importancia que tiene el diseño del ajuste fiscal para los países.

En el mismo documento se ilustra como los países pueden comprometerse a aplicar un ajuste fiscal enfocándose en la gente, reduciendo la inequidad y apuntalando al crecimiento.

Dijo que se pueden utilizar diferentes instrumentos de acuerdo a su impacto. Por ejemplo, comentó que se puede utilizar los impuestos al consumo, que hacen progresiva la recaudación, o cortar el gasto público en inversión que suele afectar al crecimiento económico.

También plantea la posibilidad de diseñar una estructura que grave la tecnología, lo que tiene una repercusión de mediano plazo, o retirar los subsidios a la energía que suelen ser altamente regresivos.

Depende del tipo de economía que debe hacer el ajuste, el ambiente de ingresos, y la naturaleza y composición del gasto público, insisten los economistas del Fondo.

Lo que sí puede ser relevante, y común, es hacer los cambios lo más amigables para la población.

Comportamiento del PIB en México. Captura vía El Economista

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