Este es el presupuesto del gobierno federal para el año 2025: 9.3 billones de pesos.
Sin duda es un reto que pudiera ser inalcanzable, dado los ingresos tributarios de México.
Este enorme monto obliga a todos a trabajar gastando más de lo que se tiene, y a pedir prestado para poder completar.
Se espera que el gobierno pida, según lo autorizado por los diputados, hasta un 20 por ciento prestado para completar el presupuesto.
Agregue otros cuatro puntos porcentuales más en el déficit público por el exceso de gasto.
Ello significa que el gobierno gastará uno de cada cuatro pesos prestados o tomados de los supuestos excesos de fondos, instituciones y fideicomisos, recién borrados del mapa en México.
La deuda nacional es manejable, y reconocemos también que no es de las más grandes del mundo.
El problema se presentará por el lado de los ingresos del gobierno que serán insuficientes para hacer frente a todos los gastos.
La receta de siempre es que se suban impuestos para no seguir pidiendo prestado en cada uno de los años que habrán de venir.
La bola, como nieve, está creciendo.
Y en algún momento, tal vez 10 años o menos, la deuda de México podría ser inmanejable.
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