En la Cuatro T deberían celebrar el resultado del reclutamiento de cierto personaje impresentable.
Es un senador que responde a la naturaleza innata de un escorpión.
Que por supuesto, no la reprime. Por el contrario es fiel y responde a ella en todas las ocasiones que se le presente. Esa es su condición.
Ese es Javier Corral Jurado y su siniestra forma de ser y pensar.
Entre las características que lo distinguen destaca en primer lugar creerse el centro del universo.
Y que todo responde a lo que él es, y a lo que él cree de la vida.
Lo peor de todo es que quiere que todos piensen como torcidamente él piensa.
Javier Corral es un sátrapa que se aprovecha de todo y de todos.
Y al momento más oportuno los traiciona.
Su corrupción interior lo lleva a creerse inmune y traiciona a todo y a todos, porque cree que la presidenta lo va a proteger de los demás.
Lo que ignora Corral es que Fernández Noroña es un perro callejero. Se sabe miles de mañas mejores que las del ex desgobernador.
Aunque no las de la vergüenza y hasta las de malagradecido, aclaramos.
El traidor que destruyó Chihuahua acaba de elegir otro enemigo más que no le conviene, y aunque siempre decía que era su amigo, hoy lo traiciona.
A ellos júntele todos los enemigos que le esperan en Chihuahua.
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