
La única posibilidad de vencer a Morena radica en la decepción de sus simpatizantes y eso, obvio que va a ocurrir, aunque toma su tiempo.
Por lo pronto, ante la desventaja, la opción que aparece es realizar un trabajo directo hacia población sin antecedentes de participación política.
Entre los estratos económicos de clase media, y dentro de los primeros niveles, hay un tercio de la población en edad de votar, con credencial de elector y que nunca ha ejercido su derecho al voto.
Las razones pueden ser varias y diversas, pero lo más destacado es que son gente que no se interesa ni por la política, ni por el gobierno, y sólo se ocupan de sus actividades personales.
En ellos está la posibilidad de cambiar el rumbo antes de que Morena se autodestruya.
Y hay que hacerlo porque el país estará en ruinas para cuando se desmoralicen. Y ellos, los no votantes, tienen mucho que perder.
En Chihuahua con 100 mil sería suficiente.
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