El colmo de las cosas.
Ahora resulta que el sátrapa de Chihuahua, Javier Corral, tenía su colección de pelotas de golf con el escudo de Chihuahua y, ¡claro!, con su nombre.
Este es el colmo del despilfarro inexplicable de un canalla que ofrecía a todo pulmón “Justicia para Chihuahua”.
Pero en realidad lo que pretendía era saciar sus más bajos instintos y cobrar una vendetta irracional e injustificada contra quien solo le tendió la mano siempre.
Personaje que fue traidor de sus amigos más cercanos, y del partido que todo le dio y que lo repudia porque ya no le sirve.
Si los luises tuvieran oportunidad lo colgarían de los… brazos en el asta del Palomar. Cuánto daño puede causar un desquiciado que se desvía del camino y ocupa su poder conseguido con engaños al pueblo para saciarse hasta el hartazgo.
Con este tipo de nimiedades que cuestan mucho y no significan que juegue o que haga par porque, por caro que hayamos pagado todos esas pelotas de golf.
Corral fue tan malo en ese juego como en su desempeño como gobernador.
¡Lástima de que alguna vez haya sido un ser humano!
P.D. Tengo la pelotita en mi poder.
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