José Antonio Peña Merino defendió la libertad de expresión y alcanzó notoriedad por sus acciones.
Ahora lucha por lo contrario en una plena contradicción con tal de acceder a la posición de poder al lado de su admirada Presidente.
Así le fue a Robespierre, que defendía derechos, y luego los pisoteó para morir igual que los que fueron sus víctimas.
Eso pasa con los que se contradicen y ponderan el poder por encima de sus principios.
La ley mordaza será el fin del otrora defensor Merino. Y un error más de la Presidente. Merino será censurado cuando ocupe el puesto por los mismos que lo nombran.
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