MONTERREY.- La activista por los derechos de la mujer, Ximena Peredo, fue condenada al pago de 20 millones de pesos tras la denuncia por difamación presentada por el maestro del Tecnológico de Monterrey, Felipe Montes, quien fue acusado en un principio de acoso sexual por alumnas de esa institución.
El mentor fue separado del puesto y tras avanzar en las investigaciones no se acreditó que haya incurrido en esos supuestos delitos en contra las alumnas
Peredo, escribió una columna en el periódico El Norte de Monterrey y en Reforma que ella tituló “El retorno de un depredador” en el contexto de las campañas #MeToo.
Tras investigar la denuncia por difamación, el magistrado de una sala civil del Tribunal Superior de Justicia de Nuevo León, Juan José Tamez Galarza, encontró responsable a la activista de acusar falsamente que el maestro acosaba y violentaba sexualmente a sus alumnas.

Ximena Peredo ha tenido una trayectoria muy ligada a la participación ciudadana, a los grupos de derechos humanos y a diferentes problemáticas ambientales, sobre asuntos de corrupción y democracia.
Siendo estudiante en el ITESM, ganó un concurso del periódico El Norte, de Grupo Reforma, para convertirse en columnista y desde entonces se mantuvo en las páginas de opinión del mencionado diario hasta 2021, año en el que interrumpió su colaboración al aceptar el cargo de Secretaria de Participación Ciudadana del Gobierno del Estado de Nuevo León.
La condena por 20 millones de pesos incluye el pago de “quebrantos mentales, físicos, materiales, espirituales, familiares, y dematalógicos, entre otros».
Mediante la red social de X Ximena Peredo dijo que seguirá con las siguientes instancias legales para revocar esa sentencia del magistrado.
“Reconozco que yo no soy víctima de Felipe Montes, afortunadamente nunca fue mi maestro, nunca le ofrecí mi confianza, nunca entablé el tipo de relación de admiración que vulnera a tantas jóvenes frente a profesores super rockstar, ni me dobla, ni me triplica la edad. Tampoco le tengo miedo”, dijo al tiempo de denunciar que este tipo de sentencias “afectan brutalmente la libertad de expresión y el periodismo crítico”.
El maestro injuriado recordó a su vez en su demanda que la libertad de expresión termina “donde comienza el derecho de otros a la dignidad, a la intimidad, al honor y al buen nombre”.

Con información de Proceso