Dos docenas de delegaciones asistieron a un espectacular desfile con miles de tropas participantes. (GALERÍA)
MOSCÚ.- El presidente ruso, Vladimir Putin, protagonizó el desfile del Día de la Victoria de Rusia este viernes, rodeado de líderes mundiales amigos en un espectáculo coreografiado con gran maestría, diseñado para mostrar al mundo occidental que Rusia está muy lejos del aislamiento y que es una de las más importantes potencias militares en el mundo.
Mientras observaba cómo miles de tropas marchaban por la Plaza Roja de Moscú, Putin se situó junto a su invitado de honor, el líder chino Xi Jinping.

La conmemoración anual del 9 de mayo de la victoria de la Unión Soviética sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial es uno de los días más importantes en el calendario de Putin, y este año marca su 80.º aniversario.
Tradicionalmente, el día se ha dedicado a los aproximadamente 25 a 27 millones de soldados y civiles soviéticos que murieron durante el conflicto. Pero desde que Rusia lanzó su invasión a gran escala de Ucrania en 2022, el Día de la Victoria se ha convertido más en un ejercicio de propaganda, con Putin presentando la guerra contra el vecino mucho más pequeño de Rusia como una continuación de lo que los rusos llaman la Gran Guerra Patria. Y aunque las celebraciones fueron discretas en los últimos tres años, Rusia no se ha contenido esta vez.
Putin y Xi estuvieron acompañados por numerosos líderes mundiales, la mayoría de los cuales lucían la cinta negra y naranja de San Jorge en la solapa.
En total, desfilan más de 10.000 soldados rusos, a los que se unieron militares de trece países, incluida una guardia de honor china.
Por el empedrado de la histórica plaza marcharon unas 130 máquinas de guerra, entre ellas los legendarios tanques soviéticos T-34 y las piezas de artillería autopropulsada SU-100, utilizados durante la Segunda Guerra Mundial.
Una de las estrellas de la parada fueron los misiles balísticos intercontinentales Yars, que tienen un alcance de hasta 12.000 kilómetros.
Además, participan los misiles balísticos Iskander, capaces de portar ojivas nucleares, y frecuentemente utilizados en la actual guerra en Ucrania.
El símbolo militar ruso se remonta a la época imperial, pero se ha vuelto enormemente controvertido en los últimos años, tras ser utilizado como símbolo de apoyo a la agresión de Moscú contra Ucrania. Ha sido prohibido en varios países.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio “Lula” da Silva; el presidente egipcio, Abdel Fattah el-Sisi; el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic; el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro; y Mahmud Abás, presidente de la Autoridad Palestina, entre otros muchos estuvieron presentes, lo que supone una mejora significativa respecto a la lista de invitados del año pasado, que se limitó a unas pocas delegaciones de estados postsoviéticos, Cuba y algunos otros países.
Robert Fico, primer ministro de Eslovaquia, estado miembro de la Unión Europea, también estuvo en Moscú el viernes. Su comparecencia junto a Putin fue especialmente significativa dada la firme postura de la UE contra Rusia por su agresión contra Ucrania.

Alto el fuego unilateral, violado en múltiples ocasiones
El desfile se produce en un momento en que las conversaciones encabezadas por Estados Unidos para poner fin a la guerra en Ucrania parecen estar estancadas, a pesar de la intensa actividad diplomática de las últimas semanas.
Rusia se ha negado hasta el momento a adherir a la propuesta estadounidense de un alto el fuego de 30 días, que Ucrania ya había aceptado.
En cambio, Putin declaró un alto el fuego unilateral de tres días en torno al aniversario, un anuncio que Ucrania rechazó de inmediato.
“La propuesta del Kremlin de una tregua de tres días no se trata de paz, sino de garantizar la seguridad del desfile en Moscú. Esto es manipulación política”, declaró Andriy Yermak, jefe de la Oficina Presidencial de Ucrania, en un comunicado el jueves.
De acuerdo a un cable de la agencia Ria Novosti, drones ucranianos atacaron nueve asentamientos en las zonas fronterizas de la región de Belgorod, informó el gobernador de la región, Vyacheslav Gladkov.
«Las Fuerzas Armadas de Ucrania continúan atacando nuestra región. Preliminarmente, ningún residente resultó herido. Un dron fue derribado por el sistema de defensa aérea sobre la región de Bélgorod. En la aldea de Razumnoye, como resultado de la caída de escombros, el techo de una vivienda particular resultó dañado. En la aldea de Bochkovka, un dron impactó una granja», escribió Gladkov.
Kyiv afirmó que si Rusia quería una tregua, debía adherirse a la propuesta que ya está sobre la mesa.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también reiteró el jueves su llamado al alto el fuego de 30 días, amenazando con nuevas sanciones si no se respeta.
Los comentarios de Trump se producen tras una llamada telefónica con el presidente de Ucrania, Volodimyr Zelensky, la segunda vez en menos de dos semanas que se sabe que ambos líderes hablaron.
Kyiv afirmó el viernes que Rusia había violado el alto el fuego cientos de veces desde su entrada en vigor. Varios civiles murieron y resultaron heridos en ataques con bombas guiadas contra ciudades ucranianas, según informó Kyiv.
Kyiv se mostró abiertamente indiferente al buen desarrollo del desfile de Putin, afirmando que “no puede responsabilizarse de lo que ocurra en el territorio de la Federación Rusa” debido a la guerra.
Zelensky afirmó que su país no estaría “jugando a crear un ambiente agradable que permita la salida de Putin del aislamiento el 9 de mayo”.
El Kremlin temía un sabotaje ucranio que no ha sucedido, y para ello reforzó la seguridad en torno a la capital rusa. Además de contar con la “protección” que daban dos decenas de líderes internacionales en su tribuna, las autoridades cortaron internet en todos los móviles de la parte europea de Rusia este viernes y un inmenso contingente policial vigilaba la ciudad.
Apoyo a las negociaciones
Sin embargo, el cansancio de la guerra hace mella entre los rusos. La mayoría de los ciudadanos apoya pasivamente a su presidente y, si por ellos fuera, pondrían fin a la invasión ya. Según el último sondeo del centro independiente Levada, el 30% de los rusos apoyaba en abril continuar con el conflicto, nueve puntos porcentuales menos que hace un año y 14 menos que al principio de la invasión en febrero de 2022, mientras que un 61% quería entablar negociaciones directas ya con Ucrania.
Durante meses se especuló con que el nuevo Gobierno estadounidense estaría presente en el evento del año más importante para Putin. No ha sido así. Sus negociaciones sobre Ucrania están estancadas y Donald Trump ha menospreciado uno de los pilares del putinismo: el Día de la Victoria.
Moscú afirmó que garantizaría la seguridad del desfile y de sus invitados. Sin embargo, Ucrania logró interrumpir los preparativos del desfile a principios de esta semana tras lanzar varios ataques con drones contra Moscú. Los drones obligaron a las autoridades rusas a cerrar temporalmente los cuatro aeropuertos de Moscú el miércoles.
Esto hizo que la asistencia de las decenas de delegaciones extranjeras a Moscú fuera particularmente significativa. Fue una muestra de apoyo a Putin y a Rusia a pesar de los peligros.
Los aliados europeos de Ucrania mostraron su apoyo a Kyiv durante el desfile de tropas rusas este viernes.

Decenas de delegaciones extranjeras se encontraban en la ciudad de Lviv, en el oeste de Ucrania, el viernes para respaldar el establecimiento de un tribunal especial que investigue los crímenes de agresión contra Ucrania. La jefa de política exterior de la UE, Kaja Kallas; el ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, David Lammy; el nuevo ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Johann Wadephul; el ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean-Noël Barrot, y decenas de altos diplomáticos de otros países europeos se reunieron en Lviv.
Estonia, Letonia y Lituania también complicaron la logística de los asistentes internacionales al desfile, cerrando sus espacios aéreos a los aviones diplomáticos que viajaban a Moscú. Varios líderes pro-Kremlin se vieron obligados a desviar sus viajes a Moscú para evitar los países bálticos.
“En la sociedad letona existe un entendimiento claro y basado en principios de que la propaganda rusa y la glorificación de los crímenes de guerra no pueden ser apoyadas ni fomentadas… En este contexto, Letonia no puede otorgar permisos de sobrevuelo diplomático para vuelos que faciliten la participación en el evento del 9 de mayo”, declaró el Ministerio de Asuntos Exteriores letón en un comunicado el jueves.
El primer ministro eslovaco, Robert Fico, uno de los líderes afectados por los cierres, criticó la medida, calificándola el miércoles de “extremadamente perturbadora”.
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, también se vio obligado a cambiar de ruta después de que los países bálticos le comunicaran que no se le permitiría entrar en su espacio aéreo. Según medios serbios, Vucic finalmente voló con escala en Bakú, Azerbaiyán.

CNN / El País / AP / AFP / Ria Novosti / DW Global / Exprés