Tensa calma en la Sierra de Chihuahua

A 3 años del asesinato de los sacerdotes jesuitas, las heridas no cierran

Jaime Mariscal / Enviado

CEROCAHUI.- La población de este pequeño poblado enclavado en la Sierra Tarahumara del municipio de Urique, guarda en su memoria los momentos negros de hace tres años cuando los sacerdotes jesuitas fueron asesinados cobardemente por José Nuriel Portillo, alias “El Chueco”.

«El Chueco» era dueño de vidas y haciendas. Controlaba amplias zonas del municipio de Urique, Bocoyna, Chínipas y Bocoyna, entre otros.

Hoy, nadie quiere hablar de ese personaje, ni de la situación actual. Se niegan a comentar siquiera si las cosas han cambiado, o permanecen igual.

Las tumbas con los cuerpos de los religiosos, Joaquín César Mora Salazar y Javier Campos Morales, ya reposan en el patio central de la misión que allá por 1680 iniciara el evangelizador Juan María de Salvatierra. Hoy se han convertido en un triste ejemplo de los niveles de la barbarie por culpa del tráfico de enervantes y de cobros de piso.

Una de las dos tumbas con los restos de los sacerdotes jesuitas asesinados hace 3 años se ubican en el patio central de la Misión en Cerocahui. Foto: Exprés

Su población, pero preferentemente las niñas rarámuris que asisten al internado Tewecado Santa María de Guadalupe, un hogar y escuela para niñas rarámuri, recuerdan esos dramáticos momentos. Decenas de ellas cuentan con un lugar que se decía seguro donde vivir y estudiar. En algo el sitio las protege de la pobreza y las dificultades, muchas, que padece la región. 

A unos metros permanece un contingente de la Guardia Nacional en un cuartel improvisado que brinda a los lugareños una relativa tranquilidad. Calma que puede estallar en cualquier momento. Como ha ocurrido ya en otras zonas de la región.

Niñas tarahumaras que asisten a la misa vespertina en el templo. Pertenecen al internado «Tewecado Santa María Guadalupe» . Foto: Exprés

Muy pocos de los lugareños quieren hablar de aquella tragedia un 20 de junio de 2022. Prefieren mejor cambiar de tema.

Cerocahui, como muchas e infinidad de regiones del estado padecen del crimen organizado, la marginación y la pobreza. Algunos de ellos, conocidos ampliamente, siguen trabajan impunemente en estas actividades.

A unos pocos kilómetros se localiza Bahuichivo, junto con su estación del Tren ChePe. Ruta que diariamente recorre Sinaloa y Chihuahua y cuyos lugareños y turistas, pocos, lo utilizan para conocer de las maravillas de la naturaleza. No van solos. Guardias fuertemente armados resguardan el tren.

En tanto, el asesinato de los sacerdotes jesuítas, Joaquín César Mora Salazar y Javier Campos Morales, así como del guía de turistas, Pedro Eliodoro Palma Gutiérrez son heridas que no han sanado. Fueron víctimas, junto con muchos otros, de la situación que aún prevalece en amplias zonas del país.

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