CIUDAD DE MÉXICO.- El presupuesto del Gobierno de México para 2026 es considerado como “optimista” por diversos analistas y organismos financieros que visualizan riesgos en cuanto a la inflación y un crecimiento económico inferior a las proyecciones.
El presupuesto aprobado contempla un gasto total de 10.1 billones de pesos, que representa un incremento real del 5.9% respecto a lo aprobado para 2025. La propuesta se califica como «humanista», priorizando la inversión social, la salud y la educación, aunque el gasto de pensiones y el pago de la deuda siguen siendo los rubros con mayor peso.
Análisis como la agencia Reuters precisan que el paquete oficial apuesta a bajar la inflación hacia objetivo del 3.0% a fines de 2026 y a reducir el déficit fiscal, pero las metas oficiales las consideran como “muy optimistas por proyecciones privadas e internacionales».
De esta forma, el Instituto Mexicano de Finanzas y BBVA Bancomer, muestran escepticismo en esta meta, al considerar la existencia de riesgos que presionan hacia el alza a causa de alimentos y salarios que hacen despertar dudas sobre la capacidad de alcanzar el crecimiento proyectado sin cambios en inversión y comercio.
El propio Banco de México ha insistido que la inflación subyacente no cede.
Crecimiento económico
El gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum estima un crecimiento económico para 2026 en un rango del 1.8% a 2.8% del PIB, pero proyecciones como el Fondo Monetario Internacional ubican en cambio un crecimiento más contenido, es decir, en torno al 1.5%.
Para analistas privados como Scotiabank y de Bloomberg, advierten que hay una baja en la inversión privada y reducción de incertidumbre comercial, por lo que el crecimiento difícilmente superará el 1 o el 2% estructural.
Para ello, visualizan factores de riesgo como son las tensiones comerciales, incluidos los aranceles, y una baja inversión pública que pueden limitar la materialización de escenarios optimistas.
“El presupuesto no contiene un choque de inversión suficientemente grande como para garantizar un rebote robusto. La expectativa razonable es un crecimiento moderado del 1 o del 2%, salvo que mejore drásticamente el entorno externo o se liberen proyectos de inversión privada”, señala Bloomberg.
Otro aspecto que genera preocupación es lo relativo a déficit fiscal y la deuda del gobierno.
El objetivo es reducir el déficit fiscal de 2026 respecto al año en curso es del 4.1% del PIB al combinarse recortes moderados en ciertos rubros y medidas para aumentar recaudación (algunas de ellas vistas como ambiciosas por bancos y consultoras).
En lo relativo a la deuda, el gobierno de Claudia Sheinbaum hay divergencias; el FMI afirma que asciende al 58.4% del PIB. Para algunos optimistas aseguran que la deuda pública se estabilizará en un 52.3% del PIB para 2026; aunque analistas pesimistas lo ubican hasta en un 61.1%.
El gobierno central asegura que la meta es mantener, o ligeramente reducir esa deuda, pero dado los factores de riesgo de la economía a nivel interno y externo, apuntan en cambio a la necesidad de un aumento de la deuda pública hasta un 60% para mantener los compromisos y el funcionamiento del gobierno mexicano.

A pesar de los escenarios optimistas, la economía de México seguirá con tropiezos en 2026, aseguran organismos y analistas financieros. Foto: Exprés