Igualdad qué es y por qué importa, de Piketty y Sandel

FERNANDO MENDOZA J. / Exprés

Fue después de un estupendo café que visité la tienda del tecolotito. No lo había hecho en tres semanas, esperando que el presupuesto para la compra de libros pasara de mes y se reactivara de nuevo. Estaba ansioso. Tomé el café sin prisa, disfrutando cada sorbo. No pedí pan, esperando que el café sin leche y sin azúcar -como debe ser- ocupara el espacio y el tiempo precisos rumbo al paraíso.

Decidí ir a ese lugar porque la otra librería la visitaría el fin de semana y apenas era miércoles. Tenía tiempo y pude detenerme en cada estante. No había cambiado demasiado desde mi última visita. Me detuve en las colecciones juveniles. Todo igual. Luego en las revistas habían aparecido las nuevas del mes. En las novedades, nomás las habían cambiado sin que agregaran más.

Me detuve en un título de una biblioteca, escrito por un japonés. Eran como tres libros con variantes pequeños en el título. Como diría Ethan: no gusta. Luego con los gatos. No gusta. Los libros del café y los viajes por el tiempo. Me quedé, creo, en el tercero y descubrí que iban en el cinco, creo. No…

Convencido de que no había nada nuevo ni nada para llevarme, descubrí entre un montón de libros de la mesa junto a las novedades dos títulos que atrajeron mi atención, tanto que hube que traérmelos. 

El primero: Igualdad, qué es y por qué es importante. Escrito por Thomas Piketty y Michael Sandel.

A Sandel lo conocí por el buen libro La tiranía del mérito. A Piketty no lo había leído.

El texto sobre la igualdad es pequeño, 150 páginas, y está escrito a manera de diálogo. Tres tardes con sendas copas de un vino de Galicia, queso poroso y un pan de higo me ocuparon para someterme al análisis de estos dos expertos. Porque son expertos. Piketty en la historia de la desigualdad y Sandel en filosofía política. Piketty escribió el texto Una breve historia de la desigualdad y Sandel, además del ya mencionado, El descontento democrático.

Después de unos tiros de calentamiento -ahora que estamos en plena Serie Mundial, y esto lo escribo antes del último juego que espero la ganen los dayers, al estilo Pascal-, Piketty y Sandel entran de lleno en el tema. El primero asegura que en el transcurso de la historia, “hemos avanzado hacia una mayor igualdad”.

Ambos autores expresan que existen diferentes “tipos” o “dimensiones” de la igualdad. “Uno es económico, otro es político y un tercero tiene que ver con las relaciones sociales (la dignidad, el estatus y el respeto”. Así, podríamos decir que una sociedad podría tener una igualdad económica, pero no política. Otra, política pero no económica. Otra, política y económica pero no social. Alguna podrá tener las tres y otra ninguna.

Las dos primeros, en determinado momento, sería menos complicado mediarla, pero la tercera “es el más complicado y puede que también sea el más interesante”.

Y para complicar más el asunto, al hablar de una tema en específico como lo es la salud existen dos manera de abordar esa igualdad sanitaria. Ya sea que la sociedad ponga todos los instrumentos necesarios para que sus habitantes poseann los recursos suficientes para tener acceso a servicios médicos de alta calidad, o bien que el propio Estado ofrezca esos servicios públicos de manera abierta y universal a sus habitantes, previo cobro de impuestos lo suficientemente altos para mantener dicho servicios de calidad.

Pasan por diferentes temas, como la educación, el trabajo, el salario, la distribución de la riqueza, el ingreso a las universidades públicas y privadas, la migración, Trump… y todos son tratados con una sencillez impactante sin dejar la profundidad en las materias en las que son expertas.

Sandel, retomando los temas de La tiranía del mérito, afirma que “toda riqueza es una creación colectiva y no un logro individual”, de tal manera que quienes acceden a un puesto de autoridad, sea público o privado, deben recordar las diferentes “deudas morales” que tienen con la sociedad entera.

También aboga por el compartir recursos y experiencias. “En la sociedad civil, cada vez hay menos instituciones en las que se mezclen personas de clases diferentes y menos ocasiones para el encuentro entre ricos y pobres en el transcurso de sus vidas”. Para Sandel, esto va creando desigualdades que tienen potenciales repercusiones sociales. “Tenemos que crear espacios públicos y comunes que reúnan a personas de orígenes sociales diferentes, que cultiven una conciencia de responsabilidad mutua y de pertenencia”.

Coincide Piketty, para quien “la riqueza y la posesión de propiedades no son solo una cuestión de dinero. Son una cuestión del poder negociador de un individuo sobre su propia vida y sobre el resto de la sociedad”.

Fue una lectura enriquecedora, que obliga a la reflexión en nuestro propio entorno comunitario y del país. Obliga la reflexión. Y como lo dice Sandel al final de la obra, “el significado de la igualdad nos obliga a atravesar los territorios de la economía, la filosofía y la teoría política”, para llegar a una cuestión muy personal.

Por último, debo confesar que no se me olvidó citar el segundo libro, por si lo creían. También compré Misterio y fe, una conversación del Premio Nobel de Literatura 2023 Jon Fosse con el teólogo Eskil Skjdal. Se antoja hartamente interesante.

Nos leemos la próxima. ¡Hay vida! También hay Feria del Libro en Chihuahua, de la que ya les hablaré. 

2 comentarios sobre «Igualdad qué es y por qué importa, de Piketty y Sandel»

  1. BT / Fernando:
    Dado que no me considero un buen lector, mis lecturas son por obligación, y no tanto por curiosidad, en temas apasionantes como lector obligado por ser catedrático de la UACH en busca de los nuevos conocimientos sobre mi giro académico.
    En este contexto, disfruto tus resúmenes analíticos.
    Por demás decirlo que abren ventanas en mi mente y correlaciono mi academia con la esencia profunda de tu análisis.
    Resulta un abuso de mi parte tener quien lea por mi y en un post prólogo profundo entender tema y autor.
    ¡Gracias!

  2. Buen día!!!
    Leer por obligación es simplemente una puerta a mundos académicos que nos aportan grandes conocimientos de la Creación.
    Leer por gusto es otra puerta que nos lleva a mundos inimaginables y que nos abre el entendimiento y el corazón para trasladarnos a otras vidas que llenarán nuestra propia vida.
    Siempre será grato compartir estas mis historias con otras personas y me reconforta saber que pueden significar algo para los demás.
    Gracias por sus palabras! Hay vida!!!

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