“Qué pena”, dice Alberto Espino por polémicas con la Golondrina y su Príncipe

Alberto Luis Espino, autor y beneficiario de las puestas en escena de “La Golondrina y su Príncipe”, refirió que es una pena que su obra haya entrado en polémicas por darse a conocer que cada presentación costará unos tres millones de pesos, es decir, netamente 34 millones 800 mil pesos.

Al ser cuestionado sobre los comentarios que se han hecho en torno al tema, dijo que no le corresponde realizar alguna manifestación y sostuvo que además se ha descontextualizado el evento, al que denominó un espectáculo masivo al aire libre, como su forma de “honrar a los padres de la civilización occidental”.

”No… ¿Yo qué le puedo decir? Qué pena, yo estoy muy orgulloso de mis conciudadanos y de is compañeros artistas; más de 150 artistas y mil 500 personas involucradas, es un orgullo que sea Chihuahua gran ciudad (…) y e tengo que decir con mucha humildad eh, no nada más de este (la obra), en Chihuahua siempre han apoyado mis espectáculos (…) el público chihuahuense siempre me acoge con mucho cariño y con mucha solidaridad”, expuso. 

Dijo que espera que todos los chihuahuenses vean la puesta y sólo así podrían constatar el nivel de los artistas y del equipo técnico que en su mayoría es chihuahuense, que promete sorpresas e innovaciones tecnológicas.

Comentó también que en ocasiones se traen a la ciudad algunos espectáculos que vienen de fuera y ahí la ciudadanía si llena los cupos aunque se trata de presentaciones sin talento local.

Es de mencionar que Chihuahua Exprés intentó este jueves pasar a tomar fotografías del escenario para compartir a los lectores lo cual no fue permitido por los guardias y el equipo de comunicación del Gobierno Municipal. Posteriormente, al hablar con Espino, se le pidió permiso para hacer algunas tomas, a lo que él mencionó que no se podía porque no quería que lo regañaran.

Hoy un intenso operativo de la Policía del Estado y la Policía Vial se dio por la tarde con cierre de calles desde la avenida Teófilo Borunda a la altura de la Independencia y hasta la Cantera, a un costado del Parque Extremo para blindar el Parque El Palomar.

Lo anterior debido a falsas amenazas de la toma del escenario para la obra teatral que se estrenará este 11 de noviembre en las inmediaciones de dicho parque.

De acuerdo a alertas que se mandaron en redes sociales desde temprana hora, algunas figuras políticas y movimientos en contra de la forma y presupuesto que se dio por el Gobierno Municipal de Chihuahua y del Estado para dicha obra, desmantelarían violentamente el escenario instalado.

Sin embargo, cerca del mediodía el colectivo de artistas independientes, creadores vigilantes y ciudadanía en general convocaron a una manifestación pacífica para dar a conocer todas las opiniones, causas y motivos por los que se rechaza la puesta en escena, donde se resaltó, únicamente se trata de hacer valer el derecho de la libertad de expresión de artistas locales para que la sociedad tome en cuenta que pese a tratarse de un evento cultural, la comunidad está opuesta a los malos manejos de los recursos que se adjudicaron de manera directa a una sola empresa.

La actriz chihuahuense, Yaundé Santana, expuso que ellos como artistas saben perfectamente el trabajo que implica una puesta en escena, por lo que jamás participarían en el desmantelamiento de un escenario, menos donde participarán algunos de sus compañeros, al resaltar que no se trata de irse en contra de grupos en particular a los que sí se les da trabajo o apoyo, sino más bien dar a conocer un despilfarro que afectó en gran medida al sector artístico local.

Poco después, acusaron al delegado de los programas de Bienestar en Chihuahua, Juan Carlos Loera, de incitar a ciudadanos a destruir el escenario de la La Golondrina y su Príncipe.

A decir del colectivo, Loera, ordenó a personal de Bienestar que acudiera esta tarde a la protesta en el exterior del Teatro Bárbaro ubicado en la calle Doblado casi avenida Independencia.

Según dieron a conocer, al ver la actitud de los empleados de la delegación, fueron identificados y tachados como infiltrados, momento en que surgió un conato de riña al interior del teatro bárbaro.

Afortunadamente el asunto no pasó a mayores y los trabajadores del Bienestar optaron por retirarse.