Un investigador usa la tortura para suplir lo bestia y la ignorancia

Las brillantes investigaciones en México, no existen, son producto del ingenio de quien convoca a los medios para lucir y presumir, lo que, debería ser objeto de vergüenza y oprobio. Recuerdan el caso de la Francesa? Años después supimos que era un montaje, en donde los compañeros reporteros se prestaron a filmar una y otra vez “la enorme noticia” de un operativo sorpresa en vivo y a todo color. La vergüenza eterna de esos compañeros de pluma será uno de sus castigos más severos y su credibilidad, con ellos, permanecerán en uno de los infiernos de Dante. Paquito llora, se jala el pelo, grita y se pretende justificar con la denominada: “obediencia debida”, aquella que alegaban los nazis y los de la dictadura argentina. Hay que tener “con qué” para saber decir no, cuando lo que ordenan no es legal, y eso se hace para cuidarte y cuidar al jefe aunque no quiera. La pena ajena, la vergüenza por la hombría socavada, despierta lástima, enojo, coraje, burla y no se cuántos sentimientos más, pero hay algo seguro; un hombre así canta solo, y lo único que necesita es un empujón legal: criterio de oportunidad, que no merece, pero que es figura legal para cantar y echar de cabeza a los cobardes que desde un escritorio lo mandaron a hacer todas las amenazas, torturas, extorsiones y persecución de familias como métodos científicos para el éxito de su misión. Una misión sin visión siempre lleva al fracaso, porque lo que se hace a diario te debe llevar a un destino deseado, no a la cárcel. Javier Corral está lleno de odio desde niño, la misión que se planteó y encomendó carecía de visión y de valores, por supuesto, tenía objetivos y acciones claras, y los cumplió, pero al no diseñar la visión el destino es seguro y su enjuiciamiento cuestión de tiempo. Con él pagarán los ambiciosos que creyeron que el efímero poder era eterno. Maclovio Murillo, Cesar Peniche, el meño, Paquito quien ya inició los abonos, y muchos más como Gema Chávez y Orpinel ¡que todavía anda despachando! Jorge Soto y los cuatro ex auditores expulsados por corruptos, falsarios y vengativos. El brazo de la justicia, siempre lento, más lento que lo que va muy despacio, llegará y con él, el karma, siempre elegante, pero a veces muy amargo y cruel.

La Gobernadora misma es parte de las víctimas, ojalá no opte por la venganza, y si por la justicia apegada al derecho y al debido proceso con respeto a los derechos humanos o fundamentales de las personas. Sólo así, Chihuahua retornará a la paz pero no será suficiente ni calmará los ánimos de la sociedad, hay que hacer los cambios legales para evitar que en el futuro se vuelva a esas deleznables prácticas. Chihuahua tiene la oportunidad de ser, una vez más, parteaguas en el país y adelantarse a todos, tanto en la procuración como en la impartición de justicia. Javier Corral y cómplices no deben quedar impunes.

Pd.- abrazo cálido a mis amigos de La Jiribilla.

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